El Atlético de Madrid afronta el tramo final de la temporada con más decepciones que certezas. A pesar de un gasto cercano a los 200 millones de euros en fichajes durante el pasado mercado estival, los colchoneros se despidieron de todas las competiciones importantes al comienzo de abril: sin casi opciones de título en LaLiga, eliminados en Copa del Rey y derrotados en Champions por su máximo rival, el Real Madrid.
La plantilla, confeccionada para pelear por todo, ha rendido muy por debajo de sus posibilidades, y aunque los fichajes si han logrado marcar diferencias, el equipo en general no ha estado a la altura. La desilusión se ha instalado entre los aficionados, y las críticas hacia el proyecto de Diego Pablo Simeone han vuelto a ganar fuerza.
La última bala: el Mundial de Clubes
Pero la temporada aún no ha terminado. Más allá del intrascendente duelo ante el Girona en Montilivi, el Cholo Simeone tiene una última oportunidad para redimirse: el nuevo Mundial de Clubes, que arrancará el próximo 13 de junio en Estados Unidos.
Simeone ya ha fijado el objetivo: “Esperamos, con toda la ilusión que tenemos, pasar a octavos de final”, aseguró el técnico argentino en declaraciones facilitadas por la FIFA. “Después, lo que pase dependerá del momento de forma de cada equipo, como en los Mundiales de selecciones. No será como la Champions, donde tienes margen de error, ya que hay dos partidos. Aquí, un mal día te deja fuera”, afirma el argentino.
El entrenador del Atlético de Madrid, Diego Pablo Simeone, en el estadio de Mendízorrotza ante el Alavés / ADRIAN RUIZ HIERRO / EFE
El Atlético está encuadrado en un grupo exigente, junto al París Saint-Germain, el Seattle Sounders y el Botafogo. Rivales con estilos dispares y procedencias diversas, algo que Simeone valora como un desafío enriquecedor: “Va a ser una competencia parecida al Mundial de selecciones, pero entre clubes. Habrá fútbol diferente, idiosincrasias distintas… una experiencia nueva para todos”.
La ilusión del Cholo, intacta
Pese a las críticas y a una década en el banquillo rojiblanco, Simeone mantiene su discurso inquebrantable. “Sigo con la misma energía de siempre. Me reinvento cada año, con nuevas generaciones de futbolistas, con el apoyo del club. Me siento un afortunado”, afirmó.

Simeone no consiguió eliminar al Real Madrid en la Champions League / Agencias
También reflexionó sobre la evolución del fútbol desde que jugó el Mundial de 1994 en EE.UU.: «El fútbol es totalmente diferente. Ni qué hablar desde las reglas hacia adelante, con un fútbol mucho más intenso desde el juego, y con una necesidad de los futbolistas de tener mucha información a nivel táctico. Cuando nosotros jugábamos posiblemente esa información era menor, y aparecía mucho más la creatividad y lo individual de cada uno de los futbolistas para potenciar a los equipos«, dijo.
¿Redención o final de ciclo?
El Mundial de Clubes no solo es una última oportunidad de maquillar la temporada. Puede ser también una prueba definitiva para medir si el ciclo de Simeone aún tiene vida o si el Atlético necesita un cambio profundo en su proyecto deportivo.