Los campos de arrozales de las Marismas del Guadalquivir fueron el caldo de cultivo perfecto para la reproducción del cangrejo rojo americano, una especie invasora que, a lo largo de los años, se ha convertido en una industria primordial en el municipio sevillano de Isla Mayor. Incluso en los peores momentos de la sequía, las fábricas continuaron con la producción, que se vende en más del 90% de los casos fuera de nuestras fronteras.
Esta capacidad de resiliencia en la zona podría trasladarse al Golfo de Cádiz, donde prolifera de manera preocupante el cangrejo azul. La multiplicación de esta especie invasora en la zona, a la par que su valor en el mercado gastronómico ha llevado a la Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, a impulsar el proyecto de Orden por la que se establece un plan de pesca y marisqueo para el control del también denominado ‘callinectes sapidus’, en el ámbito de la Reserva de Pesca de la Desembocadura del Río Guadalquivir.
Se trata de una especie invasora «muy agresiva» y, desde la Consejería, «se están tomando diferentes medidas para que «no se expanda», ya que «son tan agresivos que pueden comprometer a otras especies de interés pesquero». Entre ellas, se recoge en la memoria inicial de la orden, se encuentra la anguila, por lo que la iniciativa persigue «evitar un desequilibrio importante en el ecosistema del estuario».
Lugares en lo que se expande
En concreto, el cangrejo azul campa a sus anchas en los ríos y estuarios del Guadiaro, Palmones, Barbate, Salado de Conil, Guadalete, Guadalquivir y Guadiana. A su vez, y debido a que las hembras con huevos buscan aguas saladas para la eclosión de sus huevos, pueden encontrarse en la zona costera a lo largo del Golfo de Cádiz, en hábitats que pueden ser tanto arenosos como rocosos, entre ellos, los corrales de Rota. E incluso en caños mareales como el río San Pedro y asociadas a marismas, como ocurre en Puerto Real y Chiclana.
La novedad de esta nueva orden es que se amplían las posibilidades de extracción también a los barcos, ya que, con anterioridad, se legisló para que pudieran pescarlos los mariscadores y para autorizar el aprovechamiento y comercialización de la especie.
En el estuario del Guadalquivir es donde más visible se ha notado su crecimiento masivo en los últimos años. «El interés despertado por el sector pesquero y marisquero es elevado, ya que existe una demanda importante para su consumo como marisco, alcanzando un elevado precio, que pueden llegar a incrementar las posibilidades de captura de los mariscadores y pescadores», destaca el proyecto de la Junta.
Aasí, a pesar de tratarse de una especie invasora, se muestra como una posibilidad para el sector pesquero para incrementar los ingresos de los mariscadores y pescadores de la zona, pues «se están capturando del orden de 75 kilos por día y mariscador en invierno y hasta 300 kilos en verano, rondando las descargas en lonja las 50 toneladas al año. El precio de venta se encuentra entre los 4,5 euros hasta siete euros», apuntan fuentes de la Consejería.
Conclusiones de los estudios
La elevada expansión de la especie invasora ha llevado a la administración andaluza y a la comunidad científica a iniciar estudios conducentes para la biología, distribución y abundancia, para evaluar los efectos que pudiera ocasionar en el entorno de la desembocadura del Río Guadalquivir y en el sector pesquero, marisquero y acuícola. Además, tras la demanda del sector para aprovechar este recurso, «la administración pesquera considera necesario controlar la expansión de esta especie mediante la pesca».
Entre las conclusiones, el asentamiento y el desarrollo abundante del cangrejo azul en la zona del estuario se debe a la cantidad de alimento disponible y las condiciones óptimas climáticas para ello, consiguiendo mantener su ciclo biológico durante todo el año, al contrario que en su hábitat natural, donde se ha comprobado que esta especie es capaz de hibernar, durante periodos de baja temperatura. Además, tiene una dieta muy diversa, compuesta por moluscos bivalvos, crustáceos, y peces, siendo capaces de romper las conchas de los moluscos con sus pinzas. También se ha podido comprobar en el análisis del contenido estomacal que abundan restos de boquerones y cangrejos, autóctonos y de la misma especie, constatando que se trata de una especie caníbal.
En la distribución en el río se ha comprobado que las hembras se localizan en la parte más baja del estuario, mientras que los machos se encuentran en la parte más alta, encontrándose una zona de transición cerca del Codo de la Esparraguera, donde tendrá lugar la fecundación de las puestas. Tras la experiencia de marcaje con transmisores, se ha podido constatar que los machos pueden desplazarse en un mismo día varios kilómetros, incluso fuera del estuario, facilitando esa capacidad invasiva.
Medidas que impulsa la nueva orden
Entre otras medidas se solicita por parte del sector la posibilidad de capturar cangrejo azul en las zonas de la Reserva de Pesca de la Desembocadura del Río Guadalquivir, ya que es aquí donde existe la mayor concentración de esta especie, siendo el foco de dispersión de la misma. Por ellos entre los objetivos que se persiguen con la Orden de la Junta se encuentra «establecer un plan de pesca y marisqueo para el control del cangrejo azul en el ámbito de la Reserva de Pesca de la Desembocadura del río Guadalquivir dirigida a la captura de esta especie mediante cangrejeras y nasas, de plástico o metálicas, tipo americanas«.
Asimismo, se plantea la posibilidad de alternar dicha actividad con otras, «debiendo respetar la normativa vigente para la modalidad en la que desarrollen su actividad en cada momento», así como la regulación de las jornadas y horarios para la pesca del cangrejo azul.