La final de la Europa League celebrada en San Mamés concluyó con el Tottenham alzando el título tras vencer al Manchester United por 1-0, gracias a un gol de Brennan Johnson, desviado por Luke Shaw. En una noche tensa y sin gran espectáculo futbolístico, el conjunto londinense se mostró más ambicioso y terminó imponiéndose con justicia. Aunque el juego fue trabado y poco vistoso para el espectador neutral, los Spurs demostraron mayor intensidad y determinación desde las calles de Bilbao hasta el césped.
Más allá del trofeo, el partido tenía un premio adicional: la clasificación para la próxima Champions League, un billete que finalmente será para el Tottenham. El Manchester United, por su parte, ve frustrado su regreso a la máxima competición continental. Desde la zona mixta del estadio, se percibía una atmósfera de satisfacción entre los aficionados del Tottenham, que vivieron esta final con más pasión que los seguidores del United. Bilbao fue escenario de un nuevo capítulo histórico para los Spurs, en una noche que quedará grabada en su memoria.