El rey Carlos III de Inglaterra continúa en tratamiento contra un cáncer de tipo no especificado, y aunque desde el Palacio de Buckingham se pasa sobre el tema muy de puntillas, él mismo da pistas de vez en cuando sobre su estado de salud.
Este sábado, el Mirror ha revelado que el monarca británico conversó sobre el asunto con una ciudadana británica en una visita realizada a la localidad de Bradford, en Yorkshire, unos días atrás. Según el citado periódico, el rey se reunió con los dueños de varios negocios locales para conocer su situación. Una de ellas, la florista Safeena Khan, le regaló un ramo y pudo conversar con él. «Me preguntó cómo estaba y yo le pregunté cómo estaba él. Hubo algunas bromas hacia el final, pero fue una conversación encantadora», cuenta la mujer al medio, que también relata que le preguntó por su salud y le dijo: «Me gustaría pensar que estoy en la mejor parte», sobre el tratamiento al que se está sometiendo.
Cabe recordar que el rey de Inglaterra incrementó su carga de trabajo a principios de año al progresar adecuadamente en su tratamiento, pese a pasar una breve estancia en el hospital por los efectos secundarios.
Críticas por abandonar la casa de Lady Di
Por otra parte, el monarca ha enfrentado críticas por dejar en un estado de severo abandono la casa natal de Diana de Gales, donde nació en 1961 y creció en los primeros años de su vida.
Se trata de Park House, una mansión de la familia real británica en Norfolk, un condado de Inglaterra al noreste de Londres, que ahora, según muchos de vecinos de la zona, se encuentra en una situación muy difícil de justificar. Los lugareños consideran que ha sufrido un abandono institucional creciente en los últimos años, quedando sin uso, lo que hado como resultado un césped descuidado donde crecen las malas hierbas; ladrillos y paredes con manchas y ventanas rotas. «La ruina ha llegado allí donde Lady Di y sus hermanos jugaron de pequeños».
Los medios destacan también que este hecho tiene especial relevancia porque el lugar se encuentra «a un tiro de piedra» de la Sandringham House de Carlos III, que se encuentra en un perfecto estado de conservación, a 500 metros de la finca descuidada.
Así las cosas, los vecinos y residentes de la zona están responsabilizando al rey del mal estado en el que se encuentra lo que otrora fue un lugar histórico. «Te rompe el corazón ver u oír hablar sobre cómo ha quedado la casa. No se ve desde la carretera, así que muy pocos saben de verdad el estado en el que está. Porque si la gente lo supiera, se quedarían sin palabras. Es muy triste», señala Selina Raines, de 38 años, residente en el pueblo aledaño de Snettisham. Una camarera anónima, por su parte, lo tacha de «falta de respeto». «Esta casa debería restaurarse para que volviese a cómo era originalmente», defiende.
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