¿Insectos para controlar plagas? La respuesta es sí. Y es lo que está haciendo la Concejalía de Parques y Jardines de Benidorm. Así se están ejecutando una serie de acciones biológicas para controlar las plagas de insectos que cada año afectan a buena parte del arbolado municipal y a las plantas y arbustos de los jardines. Para minimizar los efectos de estas plagas en el patrimonio verde, el Ayuntamiento emplea la «lucha biológica».
Pero, ¿cómo se hace? Se utilizan organismos vivos, es decir «fauna útil, depredadores, parásitos o patógenos que se usan para eliminar poblaciones de plagas que afectan a las plantas ornamentales, ya sean árboles o arbustos», explicó el concejal de Parques y Jardines, José Ramón González de Zárate. La ciudad, con el uso de esta técnica, se mantiene como «zona libre de pesticidas fosforados».
El Ayuntamiento está utilizando varios tipos de insectos en función de los ejemplares y especies que se quiere proteger
La llegada de la primavera y la proximidad del verano son las épocas del año más propicias para el desarrollo de plagas en árboles y jardines ya que las condiciones climáticas cálidas y húmedas favorecen su reproducción y actividad.
El Ayuntamiento está utilizando varios tipos de insectos en función de los ejemplares y especies que se quiere proteger. Así, por ejemplo, el crisopas (chrysopidae) ataca a los pulgones, orugas, trips, cochinillas y otros insectos de cuerpo blando; los «coccinelidos» comen ácaros y cochinillas; los ácaros «phitoseidos» se utilizan para combatir la araña roja y las citadas avispas parasitoides se alimentan de mosca blanca y pulgones.
Las zonas tratadas
Para combatirlo se están realizando sueltas de insectos útiles en jacarandas, tipuanas, ficus, rosales, cipreses en calles y vías con abundantes plantaciones como Secretario Juan Antonio Baldoví, Alcalde Vicente Pérez Devesa, Francia y zonas de parterres. Asimismo, se ha aplicado esta técnica también en los parques de la Sèquia Mare, el Rincón de Loix, el parque urbano de La Cala y el resto de rosales.
Operarios y el concejal en una zona de plantas tratadas en la plaza del Ayuntamiento de Benidorm. / INFORMACIÓN
González de Zárate citó el uso de insectos como las mariquitas (coccinellidae) para controlar pulgones o de avispillas parasitoides (parasítica) que depositan sus huevos dentro de las orugas y también hongos y bacterias que infectan a los insectos dañinos. «Estas técnicas solo ofrecen ventajas porque no contamina en absoluto el medio ambiente y casi se puede decir que para cada plaga hay un insecto y sin afectar a otras especies puesto que cada depredador tiene su preferencia», indicó el edil.
Efecto duradero
La utilización de estos insectos útiles tiene un efecto prolongado y duradero desde el momento en el que el organismo se establece en cada jardín y en cada especie vegetal. Así, en Benidorm las jacarandas y tipuanas suelen sufrir por la colonización de pulgones mientras que los ficus atraen a los «trips». Con «esta fauna útil lo que hacemos es mantener a raya a los insectos más dañinos», apuntó el concejal.
Las ventajas del empleo de estas técnicas son evidentes, según González de Zárate, porque «se reduce el uso de insecticidas químicos en árboles y parterres y, por lo tanto, se protege a los agentes polinizadores. Igualmente se mejora la sostenibilidad de los cultivos ornamentales y, sobre todo, cuidamos la salud de los ciudadanos, que no se ven expuestos a ningún producto químico».
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