La implementación de las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial (IA) en los centros hospitalarios preocupa al Comité de Bioética de España. Así lo puso de manifiesto María Desirée Alemán, enfermera e integrante de esta agrupación, en el marco de la celebración de la Jornada de Bioética, una cita que acogió este martes el Auditorio Alfonso Medina del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín. «Los profesionales tenemos que abordar estos retos respetando siempre los principios fundamentales relacionados con la autonomía de los pacientes para de decidir, a pesar de los algoritmos que existen en los sistemas de IA», expuso.
De ahí la importancia de apostar por la formación para que los sanitarios puedan enfrentarse a este desafío. «Todos los principios de autonomía, confidencialidad y dignidad, que además son derechos constitucionales, hay que trasladarlos ahora a estos sistemas para que se respeten con las mismas garantías. Esto requiere de un conocimiento exhaustivo, que va de la mano de jornadas como esta y de la formación a los profesionales en el avance de la IA», apuntó la experta.
La profesional recordó que el Reglamento de la IA de la Unión Europea entró en vigor en agosto del pasado año. Además, informó de que el Comité de Ética de España ha creado un observatorio para garantizar que se cumplan todos los derechos. «Los sistemas de salud son de riesgo alto, precisamente por la vulneración de la autonomía que puede suponer el hecho de que sea un algoritmo el que tome la decisión por un paciente. Por eso, desde el comité velamos por que se cumplan estos derechos y nos estamos adelantando a que esto no ocurra», subrayó.
Alemán, también hizo hincapié en los asuntos que se encuentran sobre la mesa en la Comisión Asesora de Bioética de Canarias, que se ha renovado recientemente. Entre ellos, destacó los aspectos éticos y legales de las sujeciones físicas y farmacológicas. De hecho, esta cuestión fue otro de los ejes centrales del encuentro. «Hay que respetar los derechos fundamentales, incluido del de libre circulación de personas. Esto responde al propósito de seguir una tendencia de sujeciones cero, algo que también necesita jornadas de concienciación», insistió.
Reflexión
Por su parte, el presidente del Comité de Bioética de España, Juan Carlos Siurana, puso de relieve la relevancia de acompañar el desarrollo tecnológico de una reflexión ética sobre sus consecuencias para no poner en riesgo la vida de los seres humanos. «De no ser así, no habrá futuro para nuestra sociedad ni para nuestra medicina», aseveró.
Ahora bien, ¿en qué se traduce esta idea? Básicamente, en que los pacientes reciban información sobre todas las pruebas y tratamientos a los que se van a someter. «Si no respetamos la dignidad y la libertad de las personas, nos enfrentaremos a la incapacidad de colaborar en la construcción de una democracia en la que cada uno tiene que poder decidir qué es lo que quiere recibir cuando llega a un centro de salud o a un hospital», insistió Siurana.
Por esta razón, defendió que no se puede dejar en manos de los algoritmos las decisiones que tienen que tomar los pacientes. «El hecho de que dejemos que sea una máquina, guiada por unos algoritmos, la que decida acerca de cuestiones que tienen que ver con el triaje de las personas para que sean atendidas en un cierto orden, por ejemplo, hace que tengamos una preocupación sobre las consecuencias que esto puede tener», apostilló el presidente, que también abogó por impulsar la humanización en el entorno sanitario. «Las decisiones pueden estar apoyadas en la IA, pero siempre tiene que haber detrás un profesional sanitario que asuma esta responsabilidad con un trato humano», agregó.
Igualdad de oportunidades
La protección de datos y la igualdad de oportunidades para acceder a las terapias o a los ensayos clínicos son otros de los temas que inquietan a estos expertos. En este sentido, María Desirée Alemán garantizó que Canarias se encuentra en una posición privilegiada. «Uno de los principios fundamentales del Comité de Ética de España es la equidad, de tal forma que el código postal de cada persona no interfiera en la justicia social ni en la igualdad de acceso a los tratamientos», recalcó.
La Jornada de Bioética contó con la participación de más de 120 profesionales del sector de la salud de diferentes comunidades, que reflexionaron sobre los principales desafíos éticos de la Biomedicina, la investigación y la atención sanitaria.
En la inauguración, también estuvieron presentes el director del servicio Canario de la Salud (SCS) y viceconsejero de Sanidad, Carlos Díaz, y el director gerente del Doctor Negrín, Miguel Ángel Ponce.
Además del desarrollo de la inteligencia artificial y los aspectos éticos y legales en las sujeciones físicas y farmacológicas, otro de los asuntos que cobró protagonismo fue el desarrollo de la Prestación de Ayuda para Morir (PAM). «En Canarias contamos con un comité de garantías para la asistencia a la muerte y también con el registro de manifestaciones anticipadas para que las personas puedan transmitir, incluso ante notario, cómo desearían que las tratasen cuando lleguen a estas situaciones límites», destacó Díaz.
Un total de 27 personas accedieron a la eutanasia en Canarias en 2024
Un total de 27 personas accedieron a la eutanasia en Canarias en el transcurso de 2024. Así lo comunicaron este el lunes, durante la celebración de la Jornada de Bioética, donde se desveló que desde la entrada en vigor de la ley de regulación de esta práctica, el 25 de junio de 2021, hasta el cierre del pasado año ya se han beneficiado 65 personas de esta prestación en el Archipiélago. El dato de 2024 refleja un ligero aumento con respecto al de 2023, cuando se atendieron 25 solicitudes.
Por lo que concierne a las demandas, hay que decir que el pasado año cerró con una suma de 50, lo que se traduce en 12 menos que las registradas en el ejercicio anual anterior. Ahora bien, desde la aprobación de la norma hasta diciembre de 2024, se han tramitado 141 expedientes: 78 en la provincia de Las Palmas y 63 en la de Santa Cruz de Tenerife. Del total, 72 solicitudes corresponden a hombres y 69 a mujeres, con una edad media de 68 años entre ambos sexos.
«Los profesionales sanitarios que participamos en revisar todas estas garantías, lo hacemos con el revestido que merece este proceso final de la vida, que probablemente, sea el más importante de todas las etapas vitales», afirmó María Desirée Alemán.
Las enfermedades de base más frecuentes entre las eutanasias realizadas fueron las patologías neurológicas (más del 47%) y las oncológicas (40%). En menor medida, se aceptaron las solicitudes de pacientes con enfermedades respiratorias (6,15%); pluripatologías (4,62%) y dolencias cardiovasculares (1,54%).