La ACF Fiorentina ha colgado el cartel de ‘no hay billetes’ para el partido de vuelta de las semifinales de la Conference League que le medirá al Real Betis este jueves a las 21h en el estadio Artemio Franchi de la capital de la Toscana.
El aforo del estadio florentino era de 47.300 espectadores, aunque por las obras de remodelación a las que está siendo sometido desde hace meses solo tienen cabida en la actualidad 22.000, de los cuales 1.100 serán aficionados del Real Betis.
El Comunale Artemio Franchi fue inaugurado en 1931 y acogió partidos del Mundial de Italia de 1934 y de 1990, así como partidos del torneo de fútbol de los JJOO de Roma 1960 y la Eurocopa de 1968. En el Mundial de 1934 jugó allí España el partido de cuartos de final ante Italia, que acabó 1-1 el 31 de mayo y tuvo que repetirse al día siguiente, cuando la Italia de Mussolini ganó 1-0, en uno de los mayores robos de la historia de los Mundiales que se recuerdan.
La batalla de Florencia
“Ambos equipos se jugaron el pase a las semifinales el 31 de mayo de 1934, en el estadio Comunale de Florencia. Se trató de un encuentro no solo muy competido sino brusco e incluso violento: de hecho, ha pasado a la historia como ‘la batalla de Florencia’. Una astucia en el saque de una falta entre Lángara y Regueiro en el minuto 30 puso por delante a los españoles. Al final de la primera parte, a la salida de un córner, los italianos empataron. Los jugadores de la selección reclamaron que el empate llegó en clara falta sobre Zamora quien fue agarrado por Schiavio. El Divino explicaría en el diario ABC la injusticia de la que había sido objeto la selección. Y empezaba con un expresivo “nos han birlado el partido”, recuerda la RFEF en su web oficial.
“En la segunda parte, el árbitro anuló también un tanto español (a Lángara) por un polémico fuera de juego y el marcador ya no se movería de ese 1-1 tampoco en los 30 minutos de prórroga, por lo que hubo de disputarse un partido de desempate. Para Quincoces, como para Zamora, la “(batalla de Florencia) fue un “robo”.
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El encuentro de desempate contra Italia se jugó al día siguiente en Florencia con siete jugadores españoles ausentes (Zamora, Lángara, Ciriaco, Gorostiza, Fede, Iraragorri y Lafuente) tras quedar KO en el primer choque. La selección cayó por la mínima en un partido marcado por la lesión de Bosch que dejó aún más mermado al equipo español sobre todo por la banda izquierda.
Todo parecía dispuesto para que pasara Italia pues como sostuvieron ABC y Mundo Deportivo, España “debía” ser eliminada y “por fin” se había dejado libre el camino al país organizador”, queda recogido en las páginas de la RFEF.
