Rafael Sánchez, guardia civil jerezano, no sabía hace unos meses cómo iba a cambiar su vida de un momento a otro. Aquella noche, «todo lo que pudo salir mal, salió mal», reconoce. El pasado mes de diciembre, Sánchez prestaba servicio junto a sus compañeros en una de las patralleras del Servicio Marítimo de la Benemérita en la desembocadura del Gualdalquivir cuando vieron entrar varias narcolanchas cargadas de hachís río arriba. Una de las gomas, con cuatro motores de 350 caballos cada uno, iba directa hacia ellos.
Los agentes decidieron aplicar las normas náuticas estipuladas para evitar colisiones: virar a la derecha. Sin embargo, el narcotraficante a los mandos de la otra nave se dirigió hacia el mismo lugar; embistió a los agentes a unos 70 nudos, unos 180 kilómetros por hora. El «bombazo» se oyó en algunas casas de Sanlúcar. «Salimos literalmente volando, tanto yo como mis compañeros», apunta Rafael en conversación con El Correo de Andalucía.
El agente habla de «suerte». Al menos, «por decirlo de alguna manera». Tras salir despedido en el choque, en el aterrizaje se dio un golpe en la columna vertebral, desplazándole la vértebra L5-S1 y provocándole un pinzamiento en el nervio ciático. Además, tiene el disco intervertebral «completamente destrozado». En realidad, si habla de fortuna es por no haberse golpeado la cabeza, porque «no lo estaría contando».
Actualmente se encuentra de baja. La única solución que se le ofrece es operarse y colocarle una prótesis, un extremo que Rafael descarta hasta que no se le den certezas de que con la intervención quirúrgica su espalda mejorará. «No tengo garantías de que vaya a quedar bien«, dice. Incluso, «tengo muchas posibilidades de quedar hasta peor».
Rafael habla del daño psicológico que esto le provoca. Define su trabajo como una «vocación» que se ha visto «truncada». «De un día para otro, la vida te da un guantazo», reconoce Rafael, que se pregunta: «¿Bueno, y ahora qué?«. Rafael ha llegado a estar ingresado hasta 14 veces en urgencias por problemas de tensión arterial. El agente de la Benemérita asegura que padece «una depresión bastante importante» y que está tomando «antidepresivos». No le importa reconocerlo. Apunta que su psiquiatra le ha diagnosticado «crisis de ansiedad por estrés traumático».
Consciente o inconscientemente, Rafael aún piensa en lo que ocurrió aquel día. «Vi la embarcación, la velocidad a la que venía y vi la muerte. Eso me produce mucha ansiedad y se traduce en subidas de tensión». Sánchez explica que su situación es «bastante crítica», porque le está afectando a él, pero también a su familia.
Asume que lo ocurrido es parte de su trabajo. «Sé dónde me meto, sé lo que hago y me gusta», refiere. Sin embargo, denuncia que «si no nos proporcionan los medios adecuados para poder trabajar con un mínimo de seguridad y dignidad, pasan las cosas que pasan. Fue lo de Barbate y luego ha habido cuatro o cinco embestidas. A mí me tocó una de ellas, desgraciadamente». Rafael Sánchez asume con pesar que probablemente no pueda volver al cuerpo. «Estoy esperando a pasar el tribunal médico y a ver qué me dice. Lo único que me hace seguir adelante es mi familia».
Un duro discurso
Esta misma semana, Rafael ha realizado un discurso en el pleno del Ayuntamiento de Jerez para solicitar que se declare como Progesión de Riesgo a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. «Estoy pasando una situación muy dura. Necesitaba contarlo», reconoce. Su exposición la hizo «con todo el sentimiento y el respeto del mundo, porque a pesar de la rabia que llevaba por dentro, hablé con educación, con propiedad y con conocimiento de causa. Me quedé muy a gusto».
Rafael Sánchez junto a la alcaldesa de Jerez. / Cedida
El título de la exposición fue «los que siempre estamos para todo cuando nos necesitan, pero de los que siempre se olvidan». Comenzó Sánchez refiriendo que su nombre es «Charlie-77277-Bravo. Porque eso es lo que soy para este Gobierno, un simple número, que cuando ya no valemos ponen a otro y nos quedamos totalmente en el olvido».
A partir de entonces, le dirigió unas palabras a la diputada nacional y exalcaldesa de Jerez, Mamen Sánchez. Apuntó que la líder del PSOE jerezano refirió en un pleno donde se aprobó una declaración institucional aprobada por unanimidad sobre el reconocimiento de la Profesión de Riesgo para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado «que [llevar esto a término] no era una cuestión de voluntad política, que era una cuestión muy compleja, debido a la condición que tenemos la gran mayoría de los miembros de las FCSE al pertenecer a las clases pasivas, y las contradicciones con el régimen de la Seguridad Social». «Permítame que discrepe con usted, señora Sánchez, si algo ha demostrado este Gobierno a lo largo de su legislatura, es que con voluntad política se solventan todos los entresijos que se encuentra en el camino en un tiempo récord». Criticó el agente de la Benemérita en su discurso que para el Ejecutivo Nacional, declarar como profesión de riesgo a las FCSE y declarar la Zona de Especial Singularidad en la provincia, «son todo obstáculos e inconvenientes».
Tampoco dejó escapar el agente de la Guardia Civil las palabras de Idoia Mendia en el Parlamento Europeo. La europarlamentaria socialista aseguró en que las FCSE «solo sufren agresiones de vez en cuando». Lo hizo en Estrasburgo, llegando a apuntar que esa iniciativa «no es necesaria».
Rafael se preguntaba en su discurso: «¿Saben cuántas agresiones hemos sufrimos las FCSE tan solo en el año 2024? Casi 17.000 agentes heridos, pero para ella por lo visto no son suficientes para poder considerarnos profesión de riesgo, al igual que están reconocidas las Policías Autonómicas y Policías Locales».
«Llevamos años cumpliendo, a pie de calle, a pecho descubierto«, reclamó el agente de la Benemérita. «Hombres y mujeres que lo dan todo por proteger a este país… Incluso cuando este país les ha dado la espalda, porque eso es lo que está pasando… Porque al parecer, cuando el que recibe el golpe lleva placa se le resta importancia, forma parte de nuestro trabajo y de nuestro oficio».
El jerezano expuso en su consistorio que les siguen negando «algo tan básico como la igualdad y la no discriminación». «Y así llevamos más de 3 décadas, en las que ningún gobierno, y repito que ninguno, ha tenido el valor de hacer lo que es justo: equiparar, reconocer y proteger a sus FCSE…».
«¿Y sabéis qué es aún más duro?», se cuestionó de nuevo Sánchez en su declaración. «Que, a lo largo del año 2024, se han quitado la vida 11 guardias civiles y 10 policías nacionales, uno cada 17 días, a los que hay que sumarles los que llevamos por desgracia durante el año 2025″.
El hartazgo de Sánchez era palpable. «Es más fácil aplaudirnos cuando salimos en la foto y olvidarnos cuando apagamos la sirena. ¡Pues ya está bien! Nosotros no queremos más medallas. Queremos derechos. Queremos justicia. Y Queremos igualdad«, dijo un guardia civil que acabó pidiendo un minuto de silencio por los agentes fallecidos en acto de servicio contra el narcotráfico en los últimos años.