Licenciado en Derecho por la USC, con un máster de Acceso a la Abogacía por la UDC y estudiante de otro máster de Análisis Financiero y Gestión Bancaria en la Universidad Carlos III de Madrid, el compostelano Sergio Sarandeses Blanco trabaja en el sector de la banca, donde ha descubierto un trabajo que le apasiona y le motiva.
En el mercado laboral con solo 24 años, su camino sin embargo no ha sido fácil, su adolescencia no fue la de cualquier chico…
Nací con acondroplasia, una mutación genética que afecta al crecimiento de los huesos largos y ocasiona la forma más común de enanismo, y entre los 12 y los 17 años me sometí a una serie de operaciones en el Hospital Universitario Dexeus (Barcelona) para alargar mis extremidades. Esto no significa que yo sea más valiente que el resto, simplemente, fue algo que me tocó vivir y a lo que me tuve que enfrentar. Yo creo que siempre hay que luchar por mejorar, por marcarse unos objetivos y tratar de cumplirlos, y es lo que he intentado hacer y sigo haciendo.
¿A cuántas intervenciones quirúrgicas se sometió y cómo fue todo ese proceso?
En total fueron seis operaciones. Fue un proceso largo y no exento de riesgos, como en cualquier intervención. Tener que llevar fijadores externos es incómodo y doloroso. El proceso fue duro porque, además de la edad que tenía, tuve que estar mucho tiempo en silla de ruedas y con heridas abiertas, pero mereció la pena, conseguí 27 centímetros más de altura en las piernas y 9 en los brazos.
¿Cuánto mide y en qué situación está a nivel de funcionalidad?
Actualmente mido 1,60, tengo amigos que miden poco más que yo, ahora realmente no tengo ninguna limitación derivada de la enfermedad y tengo un nivel de funcionalidad completo. En mi familia siempre estuvimos informados de cómo era el procedimiento, y yo siempre estuve interesado en hacerlo y conté con el apoyo absoluto de mis padres. Hay afectados que no se operan y, aunque se puede vivir con una estatura de 1,30, o incluso menos, las barreras arquitectónicas suponen un verdadero desafío.
Echando la vista atrás, ¿volvería a pasar por todo ese proceso?
Rotundamente sí. Aunque fue un proceso muy duro, no solo por el dolor físico, sino porque, además, las intervenciones se llevaron a cabo durante mi adolescencia. Obviamente, a nivel psicológico, me afectaba no poder hacer lo que otros chicos de mi edad. Con 12 años todo es difícil, pero había que pasar por esto para lograr una mejoría y realmente mereció la pena, no me arrepiento de nada.
¿Y cómo compaginó tantas operaciones con sus estudios?
Siempre los llevé bien. A veces se me atascaban un poco las matemáticas, pero nunca fui a recuperación y, además, el equipo docente del Colegio Compañía de María, que es donde estudié hasta los 18 años, me ayudó mucho. También en casa siempre me echaron una mano con las materias cuando lo necesitaba. Siempre he sido una persona optimista y con bastante vida social, pero a la vez aplicado y responsable, una forma de ser que mantengo a día de hoy.
¿Siguió yendo a clases mientras estaba en silla de ruedas?
Sí, nunca nos planteamos la opción de contar con un profesor en casa, aunque nos lo ofrecieron. Mis padres siempre consideraron positivo el contacto diario con el instituto, y yo también quería estar con mis compañeros. Creo que es importante para el desarrollo de un adolescente tener un horario y estar con gente de su edad.
¿Le queda alguna secuela?
No. Ahora mismo estoy perfectamente. Practico natación habitualmente porque tengo algún dolor de espalda, como le sucede a mucha gente. Este deporte es muy bueno para mí y me gusta mucho.
¿Algún antecedente familiar?
No. En la mayoría de los casos los padres no están afectados, esta enfermedad se genera por una mutación genética, cualquiera puede tener a un hijo con acondroplasia. En España, sucede en uno de cada 25.000 nacimientos.
Formado en derecho, parece decantarse sin embargo por las finanzas. ¿Por qué?
Hace un año, más o menos, me surgió la oportunidad de trabajar en una entidad financiera y vi que realmente mi trabajo me apasiona. Tras terminar Derecho en la USC estuve de prácticas en bufetes y la experiencia fue muy buena. Aunque estoy muy contento con mi actual profesión, me sigo considerando un apasionado del derecho, ramas que considero complementarias y compatibles entre sí.
¿A qué dedica su tiempo libre?
Me gusta mucho salir con mis amigos siempre que el trabajo y los estudios me lo permiten, también me gusta viajar, el deporte y la lectura, lo normal, como cualquier persona de mi edad.