La procesión del Santo Entierro ha tomado las calles de Zaragoza en un Viernes Santo con pronóstico favorable. La mañana soleada y los 23 grados que atemperaban las 18.00 horas, momento de inicio de la marcha, auguraban un recorrido sin contratiempos. Sin embargo, las 25 cofradías que participaban en el Santo Entierro esperaban minutos antes de la salida en la Iglesia de San Cayetano, en la plaza del Justicia, el visto bueno del Capítulo de los Hermanos Receptores. Los 50 cofrades de la Hermandad de la Sangre de Cristo son los encargados de decidir si la procesión se celebra o no.
Tras consultar al Aeropuerto de Zaragoza y a otros expertos meteorólogos, las cofradías han tomado la decisión de exhibir sus pasos en el exterior, a excepción de La Humildad, que ha preferido caminar sin instrumentos ni pasos.
La Muy Ilustre, Antiquísima y Real Hermandad de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y Madre de Dios de Misericordia organiza desde 1617 la procesión más emblemática del Viernes Santo. Su itinerario de 4 kilómetros la convierte en la más larga de la ciudad y sus más de 4000 bombos suponen la mayor concentración de este tipo de instrumentos de España.
Más de 2.500 cofrades han participado en el cortejo. Pero solo uno podía encabezar la marcha. A las 18.00 en punto, las heráldicas han inaugurado la procesión con su canto solemne. Pedro García Traid, Hermano Cetro de la cofradía organizadora, ha salido de la Iglesia de San Cayetano mientras sonaba la marcha de los Reyes de Aragón.
La expectación de los zaragozanos que abarrotaban las calles del casco histórico aumentaba por momentos. A pesar de la emoción que se palpaba en el ambiente, el público no ha dudado en respetar el minuto de oración en silencio que se ha convocado al comienzo de la procesión en recuerdo de José María García Belenguer, hermano rector y presidente de la cofradía que falleció hace unos meses.
El recorrido completo ha durado más de tres horas y ha atravesado la calle Manifestación, las murallas romanas, las plazas del Pilar, La Seo, San Bruno y otras vías emblemáticas como Sepulcro, San Vicente de Paúl, el Coso, Santa Catalina, la plaza de Los Sitios, la calle Costa, Santa Engracia, el paseo de la Independencia, Albareda, Bilbao, Casa Jiménez y, tras volver por Don Jaime I y Espoz y Mina, regresó finalmente a la iglesia de partida.
La belleza de los pasos inundó las calles
A lo largo del recorrido se han exhibido pasos no solo de una gran belleza, sino de un incalculable valor artístico e histórico. Algunos de los más espectaculares fueron el Paso del Beso de Judas, que lució la Cofradía del Prendimiento del Señor y el Dolor de la Madre de Dios, y el Paso de María Santísima de la Confrontación, que desfiló con la Cofradía de Nuestro Señor en la Oración del Huerto. Este último paso incorporó una novedad respecto a años anteriores: dos velas con dos lazadas negras en honor a los afectados por la dana de Valencia.
Por desgracia, las hermandades que procesionaban en las últimas horas de la jornada no pudieron lucir sus pasos con normalidad. La Congregación de la Virgen María Santísima de los Dolores, la única cofradía de Zaragoza formada sólo por mujeres, decidió cubrir la Virgen de su paso con un plástico. A partir de las 22.00 horas, la probabilidad de lluvia aumentaba y el delicado manto de la Virgen, con varios siglos de antigüedad, corría el riesgo de estropearse.
El momento clave: la salida del Cristo de la Cama
Afortunadamente, el elemento escultórico protagonista de la procesión pudo salir a la calle sin problemas. La carroza del Santo Sepulcro, que porta la imagen del Cristo de la Cama, ha dejado la Iglesia de San Cayetano casi a las 21.00 horas. Las instituciones y los Hermanos Mayores de las cofradías acompañaron la salida del paso más esperado. Solo el órgano de San Cayetano rompió el silencio sepulcral que inundó el momento clave de la tarde.
Excepto ese instante, el retumbar de los instrumentos de percusión ha marcado las seis horas de recorrido del Santo Entierro. Los pasos han mostrado los episodios más relevantes de la pasión y la crucifixión de Jesús de Nazaret. El regreso de Cristo a la Iglesia de San Cayetano pasadas las 23.00 horas ha puesto fin a una de las procesiones fundamentales de la Semana Santa de Zaragoza.