Anagrama renuncia definitivamente a publicar ‘El odio’ y devuelve los derechos de la obra a Luisgé Martín, según ha anunciado este miércoles la editorial barcelonesa. En los últimos días había empezado a circular el rumor de una ruptura entre el escritor madrileño y la editorial, un extremo que se confirma ahora con, citando el comunicado que ha remitido Anagrama, “la extinción del contrato de edición para la publicación y distribución de ‘El odio’”.
Tras la finalización de la relación contractual, prosigue la editorial, «todos los derechos de la obra, cedidos en su día a la editorial, vuelven a ser propiedad del autor”. Sobre el papel, esto significa que el autor podría buscar otra editorial para publicar su controvertido libro sobre José Bretón, en sus propias palabras, “un retrato oscuro del asesino y una cavilación temerosa acerca de la miseria humana y de los límites de la crueldad”. El 8 de octubre de 2011, Bretón asesinó a sus dos hijos, de 6 y 2 años de edad, y calcinó sus cadáveres como venganza contra su mujer, que quería divorciarse de él.
El pasado 21 de marzo, y después de que trascendiese que Ruth Ortiz planeaba emprender acciones legales contra el autor y la editorial, Anagrama decisión “de forma voluntaria” paralizar el lanzamiento y la distribución de ‘El odio’. “Después de la denegación judicial posterior, en dos ocasiones, de la petición de medidas cautelares de la Fiscalía que solicitaba esa paralización, la editorial mantuvo voluntariamente la suspensión de la distribución de la obra, que ahora confirma que es definitiva”, recuerda ahora la editorial.
El 11 de abril, en el por el momento último capítulo judicial de este embrollo, la Fiscalía de Barcelona pidió al juzgado que requiriese a Anagrama una copia de ‘El odio’ para analizar su contenido y decidir si interpone una demanda por vulneración al derecho al honor. Ahora, en un nuevo comunicado, la editorial barcelonesa recuerda que “desde su fundación en 1969 ha apostado por una literatura que invita a la reflexión y al debate tanto en el ámbito ético como en el social”. “En este contexto, la editorial cree que, en una sociedad democrática, debe existir un equilibrio entre la libertad creativa como derecho fundamental y otros principios morales. Por ello, considera que las obras que se inspiran en hechos reales requieren de una dosis doble de respeto y sensibilidad”, sostiene.