Bajo la lupa en las derrotas pero también en las victorias. Diego Martínez está en el punto de mira por su buena gestión táctica en el último partido de la UD Las Palmas ante el Getafe a domicilio, donde logró sumar los primeros tres puntos de 2025. La entrada al terreno de juego en la segunda parte de Moleiro y Marvin, además de Manu Fuster, Jaime MataÁlex Muñoz, dieron a los amarillos el impulso definitivo para derrotar a los soldados de José Bordalás. Sin embargo, la del Coliseum no ha sido la única intervención mágica del técnico gallego. Desde enero, sus cambios tras el descanso frente al Alavés y el Valladolid también dieron los frutos pretendidos.
Diego Martínez pide cabeza a sus jugadores ante el Getafe / LOF
El bisturí de Martínez en caso de operación urgente. La última bala para tratar de resucitar al equipo cuando se desata la emergencia y el manual de estilo al que recurrir cuando las cosas se ponen feas. Ante el Valladolid, el 28 de febrero, fue una de esas ocasiones. Se trataba de un duelo vital, uno de esos en los que lograr sumar era esencial para poder seguir con moral y motivación de cara a los próximos enfrentamientos. Sandro abrió el marcador e hizo creer a los amarillos, pero siete minutos después, cuando parecía que el viento corría a favor, todo cambió.
Solución al desastre
En este escenario, Essugo fue uno de los principales culpables al regalar un balón que Mckenna intentó solucionar con el castigo de una roja directa. Turno para Martínez, que tuvo que maquinar rápidamente para solucionar el desastre. Herzog fue el encargado de hacer que la pata de la silla no cojeara con un jugador menos, y McBurnie el sacrificado.
Con la lengua fuera, los insulares aguantaron el resultado hasta la segunda mitad. A sabiendas de que jugaban en inferioridad, el técnico gallego volvió a meter el bisturí en el vestuario. Stefan Bajcetic se situó como tercer central mientras que Fábio Silva relevó a Moleiro, que había visto amarilla. En esta ocasión, la UD Las Palmas regresaba a Gran Canaria con un meritorio punto tras aguantar con un futbolista menos una hora.
Contra el Alavés en el Estadio de Gran Canaria, la situación resultó muy diferente, a pesar de que también se firmaron tablas. Iban los de Martínez perdiendo por dos goles a cero y Mika Marmol, Marvin y McBurnie entraron en la segunda mitad a modo de héroes. Sin embargo, en esta ocasión, el que revolucionó el duelo fue Januzaj, que a 20 minutos del final empujó al equipo hacia la portería rival para hacer que Fábio Silva (88’) y Moleiro (94’) rascaran un punto. El belga de ascendencia albanokosovar se erigió en la pieza clave de un puzle que parecía tener las fichas perdidas.
Siete minutos
Por último, y como lección más reciente, la obra maestra de Martínez en la segunda mitad del Getafe-UD Las Palmas de la pasada jornada. Un tanto temprano del conjunto madrileño parecía esfumar las esperanzas de victoria de los amarillos, que terminaron los 45 primeros minutos por debajo en el marcador, aunque con un futbolista más tras la expulsión de Diego Rico después de una entrada a Viti. Pero en el vestuario, el técnico agitó su varita mágica e hizo que Moleiro y Marvin ingresaran en el verde. Siete minutos más tarde, llegó el empate de Fábio Silva. Oli McBurnie se apuntó a la fiesta y de nuevo Silva hizo realidad el sueño de la victoria.
Cambios a tiempo que han hecho que la Unión Deportiva siga viva en la lucha por la permanencia. Un banquillo al que echar mano cuando las cosas se tornan complicadas y unos jugadores que cuando le ponen ganas y corazón son capaces de cualquier cosa. De cara al final de curso, la certeza de que los cambios en las segundas partes funcionan está más presente que nunca.
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