La guerradel finde Mario

No se reconoce un cariño cuando es demasiado tarde, es necesario que sea demasiado tarde para apreciar un cariño verdadero, el dolor como medida de todas las cosas. Por eso se comprueba ahora que Mario Vargas Llosa fue el autor más querido de la pléyade del boom, diseñada tal vez por el matemático Borges. En García Márquez se detecta la transposición de Chaplin, el genio sin proponérselo. En Carlos Fuentes, la elegancia intelectual del embajador de Occidente al completo. En todos los casos hay una distancia que salvó el peruano. Era próximo, ni siquiera fue imprescindible su etapa de portadas de ¡Hola! para aproximarlo, inmediatamente después de haber despedazado La sociedad del espectáculo.

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