La producción industrial de Alemania registró en febrero una caída del 1,3% frente al mes anterior, según los datos de Destatis, la Oficina Federal de Estadística. La debilidad vino antes de que el presidente de EEUU, Donald Trump, detallara la imposición de sus aranceles.
En comparación con febrero del año pasado, la producción industrial alemana sufrió un descenso del 4%.
En detalle, la evolución negativa de la producción se debió, principalmente, a la disminución observada en el sector de la construcción (-3,2%). La caída de la producción observada en la industria alimentaria (-5,3%) y la producción de energía (-3,3%) también tuvo un impacto negativo en el rendimiento general.
Por el contrario, la producción en la fabricación de equipos eléctricos aumentó un 3,3%.
Excluyendo energía y construcción, la producción industrial cayó un 0,5%, mientras que la producción de bienes de equipo aumentó un 0,2%. La producción de bienes intermedios disminuyó un 0,4% y la de bienes de consumo un 3%. Por su parte, la producción en las ramas industriales de alto consumo energético bajó un 0,6%.
«Los datos industriales alemanes parecen un mensaje de un mundo macroeconómico perdido: un mundo sin un cambio radical de Alemania en la política fiscal, pero también sin una guerra comercial», expresan los analistas de ING, que creen que «las perspectivas a corto plazo para la industria y la economía en su conjunto han vuelto a empeorar».
En su opinión, «la industria está atravesando un tímido intento de tocar fondo y nada más, incluso si las expectativas de producción hubieran comenzado a mejorar gradualmente en marzo y pareciera que se estaba desarrollando una tímida reducción de inventarios. Pero estos no son tiempos normales. Los últimos anuncios arancelarios del gobierno estadounidense han mermado claramente cualquier optimismo renovado«.
Como recuerdan, alrededor del 10% de todas las exportaciones alemanas se destinan a EEUU. «Incluso si no sabemos si los aranceles anunciados serán transferidos íntegramente a las empresas o cómo reaccionará la demanda estadounidense por producto ante el aumento de precios, es evidente que una economía orientada a la exportación como la alemana sufrirá las consecuencias de una guerra comercial«.