Familiares y amigos de la joven pontanesa Araceli R.G, de 15 años de edad, que desapareció el pasado 18 de marzo en Montoro se han concentrado para pedir ayuda ciudadana.
La hermana, Sara Ríos, ha relatado que Leli residía en un centro de menores de Montoro, fue al instituto, y cuando salió a las tres de la tarde le dijo a una amiga que tenía una cosa muy importante que hacer. Desde entonces, «no sabemos nada”, ha explicado Sara. “El miércoles nos llamó la Guardia Civil preguntándonos si sabíamos algo de ella porque había desaparecido, y ese fue el momento en el que nos enteramos de la desaparición. Al día siguiente, los educadores nos llamaron también informándonos de esa desaparición y preguntándonos si sabíamos algo».
Formateo del móvil
La familiar de la desaparecida señala que ese viernes se desplazaron a Montoro, al centro de menores, donde pidieron explicaciones a la dirección, «y lo único que nos dijeron fue que Leli formateó el teléfono, le sacó la tarjeta y lo dejó en el centro, con su carné y sus pertenencias».
En el camino de vuelta, «hablamos con la tutora pero ni tan siquiera nos dio la descripción de la ropa que llevaba puesta ese día, porque no lo sabía”, ha afirmado. La familia de Leli ha realizado varias batidas por los alrededores de Montoro, pero sin éxito y sin encontrar pistas que permitan saber nada sobre el paradero de la menor. “Allí en Montoro nadie la conoce ni nadie la ha visto. Las amigas no hablan, una de ellas tenía una cuenta de Instagram conjunta con Leli», ha indicado la hermana.
Siempre conectada
“Quiero aprovechar la presencia de los medios de comunicación para hacer un llamamiento desesperado, queremos que encuentren a mi hermana, estamos muy preocupados por ella, la echamos mucho de menos, y queremos que el que la tenga, que por favor, nos la entregue”, ha reclamado la hermana de la desaparecida entre lágrimas apelando a cualquier pista que pudiera conducir al paradero de la joven.
“Son dos semanas ya lo que llevamos sin saber de ella, nadie nos dice nada, nadie la ha visto, y es muy raro todo, los educadores algo están escondiendo, porque mi hermana nunca dejaría el teléfono allí, y aunque ellos dicen que se ha escapado voluntariamente, realmente no lo saben, porque si salió del instituto a las tres de la tarde, quien te dice que alguien la ha montado en un coche y se la ha llevado”, ha apuntado.
Una situación completamente angustiosa para una familia que sigue albergando la esperanza de tener noticias de la menor lo antes posible.