Michelle Bachelet desalentó a los sectores de la izquierda chilena que querían presentarla como candidata en las elecciones de noviembre que a estas alturas tienen a una derechista y dos ultraderechistas, Evelyn Matthei, José Antonio Kast y Johannes Kaiser, respectivamente como posibles sucesores de Gabriel Boric en el Palacio de la Moneda a partir del 11 de marzo de 2026. Después de haber gobernado Chile en dos oportunidades, 2006-2010 y 2014-2018, Bachelet sueña con presidir Naciones Unidas. «Estoy pensando… Quizás voy a ser candidata a la Secretaría General» de la ONU, dijo días atrás en Manhattan durante un encuentro por los 30 años de la Conferencia Mundial de la Mujer de Pekín. Su anhelo mereció la respuesta del auditorio del cual formaba parte Hillary Clinton. Esas palabras no cayeron en el vacío.
António Guterres concluye el 31 de diciembre de 2026 su segundo período al frente de la Secretaría General. Desde su fundación en 1945, las Naciones Unidas nunca tuvieron una conducción femenina y solo un latinoamericano, el peruano Javier Pérez de Cuéllar, entre 1982 a 1991. Las intenciones de la exComisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas de comenzar una nueva etapa de protagonismo global estuvieron lejos de pasar inadvertidas en Chile y otros países importantes de la región latinoamericana.
Bachelet se salió del centro de la escena política local con una llamada a las nuevas generaciones a ocupar puestos de responsabilidad en la política. «En nuestro sector hay personas muy valiosas y capacitadas que sabrán defender las demandas que el pueblo chileno anhela y merece». Se abstuvo, sin embargo, de respaldar a la precandidata oficial y exministra del Interior, Carolina Tohá. La pregunta que se formularon algunos analistas en Santiago es si la expresidenta ya había tomado la decisión de presentarse como candidata a la secretaría general de la ONU al momento de frustrar las expectativas de quienes habían pensado en ella como una alternativa para frenar a la ultraderecha en las urnas.
Apoyo del Gobierno
La actual embajadora de Chile ante las Naciones Unidas, Paula Narváez, aseguró este lunes que no son nuevas las aspiraciones de Bachelet. «Siempre ha habido conversación con la expresidenta sobre este tema, es algo que surge en cada conversación que ocurre acá, siempre hemos estado analizando la situación». A lo largo de estos años, ella «ha sido muy prudente» al referirse a una eventual postulación. La salida de Guterres a fin de año la obliga a ser más explícita. «Es interesante que podamos ir configurando este escenario si es que ella decidiera ser candidata a Secretaria General, estamos en una etapa muy previa, pero sin lugar a duda la candidatura de la expresidenta Bachelet es una candidatura viable», dijo. Narváez, se señaló en Santiago, no solo emitió una opinión personal. Comunicó la del Gobierno de izquierdas ante ese horizonte. La diplomática remarcó al respecto: «tener como primera mujer latinoamericana como Secretaria General de las Naciones Unidas a una chilena, honra al país en su conjunto».
México y Brasil
Sin embargo, la candidatura de Bachelet requeriría en una primera etapa de un acuerdo con los socios regionales. En principio, contaría con el apoyo de un país de gran peso como Brasil. El presidente Luiz Inacio Lula da Silva estaría dispuesto a avalar a la expresidenta chilena si ratifica su propósito de suceder a Guterres. La eventual jugada de Lula a favor de Bachelet chocaría con los objetivos de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien tiene en mente para el mismo cargo en la ONU a la exvicepresidenta de Costa Rica Rebeca Grynspan. La candidatura de la actual titular de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo había sido consensuada entre Sheinbaum y su colega colombiano, Gustavo Petro, cuando se reunieron en México en diciembre pasado. Por entonces, se desconocía la jugada de Bachelet. A partir de sus declaraciones tiene lugar un nuevo escenario.
De acuerdo con el portal ‘La Política Online’, México defenderá la opción de Grynspan. La considera más apropiada para este momento debido a su perfil centrista menos expuesto a un eventual veto de Estados Unidos. «Con México empujando la candidatura de Grynspan y Estados Unidos dando luz verde, podrían sumarse buena parte de los países centroamericanos y caribeños y los líderes de derecha más cercanos a Donald Trump«.