OPINIÓN DE JUAN R. GIL

Carlos Mazón durante su comparecencia de hoy / Rober Solsona (Europa Press)

Carlos Mazón ha iniciado la semana protagonizando una rendición: la de entregar el Consell a la ultraderecha a cambio de salvar su propia cabeza. Mazón no ha presentado un acuerdo para aprobar presupuestos, sino que en su huida hacia adelante ha dejado atrás a su propio partido, que se supone sigue siendo el PP, para convertirse en el portavoz de Abascal. Con sólo 13 diputados sobre 99, siendo la formación con menos escaños del hemiciclo, Vox gobierna de facto y desde ahora la Comunitat Valenciana, la cuarta autonomía española. Lo que debería haber representado un atisbo de luz (que se puedan habilitar las partidas necesarias para remontar) torna por el contrario a augurar nuevos y más negros nubarrones.

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