La expresión «brecha orgásmica» se utiliza para hablar del hecho de que las mujeres que mantienen relaciones sexuales con hombres suelen tener menos orgasmos que ellos. Un estudio acaba de ahondar sobre esto y sugiere la razón clave que está detrás de los números: los varones tienden a centrarse en su propio orgasmo y se sienten apoyados por sus parejas para lograrlo, mientras que ellas se centran más en el placer de su pareja.
Esta diferencia en la concentración sexual, que los autores denominan «brecha en la búsqueda del orgasmo», ayuda a explicar por qué las mujeres experimentan menos orgasmos y, en general, menos satisfacción sexual en las relaciones heterosexuales. Los resultados se publicaron en el Journal of Social and Personal Relationships.
Katherine Angel, doctora en Historia de la Sexualidad y en Psiquiatría por la Universidad de Cambridge, explicaba en su ensayo El buen sexo mañana, (Alpha Decay), que disfrutar de la relación sexual es más complicado para ellas, ya que se les pide que se muestren deseantes, mientras qeu su placer no se prioriza.
Este trabajo no va tan lejos, pero viene a concluir más o menos lo mismo: que ellos lleguen al orgasmo está por delante del placer de ellas.
Dinámicas de las relaciones
Al contrario que en las relaciones heterosexuales, la brecha orgásmica desaparece cuando las mujeres están con otras mujeres o cuando se masturban. Esto sugiere que no tiene tanto que ver con sus cuerpos o con sus respuestas: la clave está más bien en las dinámicas de las relaciones. Así que los investigadores quisieron entender este aspecto relacional.
Para eso, partieron del concepto «búsqueda del orgasmo» (OGP, por sis siglas en inglés). Querían explorar no solo cómo influye el deseo de una persona de llegar a su propio orgasmo, sino cómo cada miembro de la pareja contribuye en la experiencia sexual del otro, y la percepción de cuánto esfuerzo está poniendo la otra persona para ayudarle o ayudarla a alcanzarlo.
566 eventos sexuales
Los autores basaron su trabajo en una idea llamada teoría de la interdependencia, que sugiere que en las relaciones cercanas, los miembros de la pareja influyen profundamente en los pensamientos, sentimientos y acciones del otro.
Con un estudio diario de 21 días de 127 individuos con pareja heterosexual, unos 566 eventos sexuales revelaron que los hombres tenían 15 veces más probabilidades de tener orgasmos y estaban más satisfechos que las mujeres.
También llegaron a la conclusión de que es poco probable que la búsqueda del orgasmo personal sea sinónimo de llegar al clímax y a un sexo satisfactorio sin la colaboración (percibida) de una pareja.
Los investigadores exponen confirman que existe una brecha en la búsqueda del orgasmo a favor del masculino. Esto «contribuye a la inequidad en el sexo en pareja entre hombres y mujeres», cuando habría que buscar lo contrario: relaciones entre iguales.
Por último, argumentan que, para reducir esta brecha, es necesario abandonar la idea de que las dificultades de las mujeres para alcanzar el orgasmo son solo un problema individual. En su lugar, concluyen, se debe promover una dinámica más equitativa, donde ambas personas busquen activamente el orgasmo del otro.