Los niños de hoy nacen con una tablet y un móvil debajo del brazo. Las tecnologías forman parte de su día a día e Internet es para ellos una herramienta de trabajo esencial en los estudios. La Red tiene muchas ventajas a la hora de ayudar en el ámbito educativo, pero también muchos inconvenientes si dejamos que nuestros hijos la empleen sin la supervisión de un adulto. Es por ello que el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) subraya que los padres «debemos enseñarles cómo utilizar la tecnología de forma segura, para que su entrada en el mundo digital sea progresiva y consciente» y para hacerlo es importante estar al corriente del entorno de Internet en el que se mueven los menores.
En general, señalan desde el Incibe, es fundamental poner en marcha dos tipos de estrategias a la hora de educar a los niños en el uso de Internet. Por un lado, es necesaria una mediación activa, es decir, «hablarles de los riesgos reales de Internet e interesarnos sobre su comportamiento online», lo que implica estar presentes antes, durante y después de que los niños usen las tecnologías digitales. Por otro, es precisa una mediación restrictiva, es decir, establecer reglas y límites. «A la hora de poner en práctica estas normas, pueden ser de ayuda las herramientas de control parental, las cuentas de usuario limitado para los menores y las aplicaciones diseñadas específicamente para ellos como los buscadores infantiles», indican desde el Incibe.
Herramientas de control parental
El Incibe ha desarrollado una guía, a través de Internet Segura for Kids y en colaboración con la Confederación Española de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA), la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y padres de Alumnos (CONCAPA) y la Asociación de Internautas, para presentar una serie de herramientas y servicios de configuración de controles parentales para distintos dispositivos.
Por un lado, explican en esta guía, existen ajustes de control en las opciones de configuración de cada dispositivo o servicio. Por otro, también se pueden instalar apps que limitan o vigilan las funciones disponibles al usar un dispositivo móvil, tablet u ordenador. Además, existen plataformas de reproducción o búsqueda que ofrecen contenidos apropiados para los menores y, por último, las redes sociales también permiten limitar o supervisar la actividad en línea del menor.
Precisamente es el mal uso de las redes algo que preocupa mucho a los padres. Recogen en esta guía que YouTube permite descartar en las búsquedas contenido calificado para adultos y Facebook, avisa al menor de que ha superado el tiempo límite establecido. Además, se puede configurar la cuenta para que sea privada y así limitar los comentarios de desconocidos y bloquear los que se considere. También, como extras, la red permite revisar el listado de amistades o configurar las notificaciones que recibirá el menor desde la aplicación.
Por su parte, Instagram permite controlar el tiempo de uso, configurar la cuenta como privada y los padres pueden ver los datos de uso en la red social, como las solicitudes de amistad, los inicios de sesión, el historial de búsqueda o la interacción con otros usuarios.
Por último, TikTok deja configurar un periodo de tiempo diario y establecer la cuenta como privada. «Permite restringir los comentarios o configurar un filtro que bloqueará aquellos que se consideren ofensivos o que contengan una palabra determinada. Con el modo restringido impide que se sugieran vídeos inadecuados para los menores», indican en la guía.
Adaptarse a cada etapa del desarrollo
Entre los 3 y 5 años, el Incibe recomienda no dejar nunca al niño solo con la tablet o móvil, limitar el tiempo y los momentos de uso y seleccionar previamente los contenidos para asegurarnos de que son apropiados para su edad y madurez. Cuando los pequeños ya tienen entre 6 y 9 años, como los niños ya son más autónomos, es importante configurar una conexión a Internet limitada. Además, insiste el Incibe, es interesante adaptar los contenidos e ir modificando las reglas y límites conforme el menor crece. «A esta edad es necesario remarcar aspectos como el cuidado de la privacidad, la protección de dispositivos y el espíritu crítico ante la información que puedan encontrar», agrega.
Con los preadolescentes (10 a 13 años) es importante ir eliminando restricciones y ampliando su capacidad de decisión en cuanto a los contenidos. A esta edad empiezan a gustarles los videojuegos y la mayoría de videoconsolas tienen conexión a Internet. En este caso, recomiendan usar los códigos PEGI para decidir qué juegos son los más adecuados. Es aquí también cuando sugieren establecer criterios para su primer móvil. «Debemos valorar si el menor es suficientemente maduro como para tener su propio teléfono móvil. Llegado el momento, hay que consensuar las normas de uso y tratar con ellos los posibles problemas y consecuencias que se pueden dar». Además, empieza el interés por las redes y es importante estar atentos para evitar casos de ciberbullying, sexting o grooming. En los adolescentes, el Incibe recuerda que los controles parentales a estas edades pierden poco a poco su utilidad, «por lo que impulsaremos su responsabilidad sobre los contenidos o temáticas que puedan atraer su curiosidad, como violencia, pornografía, modas dañinas y comunidades peligrosas». Como a esta edad les gusta usar Internet para contactar con otras personas, es importante incidir en la imagen de sí mismos que están trasladando y en las posibles consecuencias.