Entre los tantos tiempos muertos deportivos durante la Copa del Rey de baloncesto en Gran Canaria, el que se jugó a las afueras del Gran Canaria Arena antes de cada encuentro, entre partidos y al final de los mismos, se convirtió en el más popular. El ambiente festivo imperó en el pabellón de Siete Palmas durante las cuatro jornadas del torneo. En esos aledaños, reunión diaria de aficiones que encontraron a escasos metros del escenario copero un lugar de encuentro con barras, food trucks y música. Todo lo necesario para un tercer tiempo pleno de distracciones.
Lo notaron los puestos de comida que se emplazaban desde el jueves hasta ayer en las inmediaciones del Arena para dar sustento a los miles de hinchas. El producto estrella, la hamburguesa. Cada jornada se agotaban las existencias. «Ha sido un buen evento, con el viernes como el día de más afluencia», comenta uno de los encargados. «Nos ha sorprendido porque ha venido mucha más gente de la que esperábamos, y las aficiones han tenido un comportamiento de admirar», apunta satisfecho.
Dj’s ubicados a las afueras del Gran Canaria Arena / Jose Carlos Guerra
También en los puestos ubicados en la explanada señalan que han tenido más trabajo del que planeaban, teniendo incluso que llamar refuerzos debido a la ingente cantidad de aficionados. Las jornadas comenzaban a las 16.00 horas y se alargaron hasta la 1.30 de la madrugada el sábado, cuando la velada se alargó más de lo normal. «Cuando nos comentaron que iban a poner barras, no esperábamos que el desplazamiento de aficiones fuera a ser tan masivo», comenta uno de los responsables de barra del Gran Canaria Arena.
3.000 euros por camarero
Cuando más trabajo había era entre partido y partido, cuando en los exteriores del pabellón se reunían las aficiones de los equipos que jugaban a continuación y las de los partidos que habían finalizado recientemente. Hablando en términos de ingresos, aseguran que cada uno de los camareros pudo facturar alrededor de 3.000 euros, con una media de siete por día. «El sábado la lluvia nos complicó un poco la jornada, pero por la noche se terminó animando», explican desde uno de los negocios.
Despedida de soltero
Entre los miles de aficionados que se agolparon en la mini fan zone del Arena, destaca la historia del madrileño Andrés López, que no encontró mejor lugar para llevar a cabo su despedida de soltero que la Copa del Rey de Gran Canaria. Su grupo de amigos fueron los que organizaron todo, un viaje que se estuvo planeando seis meses.
«El jueves lo recogimos en la puerta de su casa a las 4.30 de la madrugada y nos lo llevamos al aeropuerto», señala Sergio Herranz, uno de sus mejores amigos. Una despedida de soltero que siempre recordará tanto Andrés como su grupo, y un viaje que han catalogado como el mejor de sus vidas.
También los integrantes de Los Menesianos, grupo formado por 30 colegas de Madrid que jugaban al baloncesto, destacan sus quedadas en el exterior del Arena como uno de los mejores momentos de la Copa.