A punto de cumplirse un año del pavoroso incendio de Campanar, que dejó diez víctimas mortales, sigue pendiente la elaboración de un registro de los edificios con fachadas ventiladas similares a la de las torres que ardieron. El Ayuntamiento de València asegura que las revisiones de los edificios de características constructivas similares al de Campanar las está haciendo la Conselleria de Vivienda, que, consultada al respecto, explica que las iniciativas para «disponer de información sobre edificios se están haciendo a través de colegios profesionales» y que «ya se han realizado revisiones técnicas en edificios por parte de los administradores de fincas».
Tras la tragedia, se anunció que se pediría la colaboración de los colegios profesionales para llevar a cabo la inspección de los edificios en cuyas fachadas se utilizó como aislante el poliuretano, la gasolina del incendio de hace un año. Ni el Colegio Oficial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, ni el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos IndustrialeS (COGITI-València), ni el Colegio Territorial de Arquitectos de València (CTAV) han recibido ningún encargo al respecto de las administraciones, aunque si han sido numerosas las consultas de los administradores de fincas y las comunidades de propietarios.
Los Bomberos de València también se han reunido con responsables del CTAV para saber si el colegio disponía de un registro de edificios con fachadas ventiladas en la ciudad, algo de lo que de momento no se dispone. . El incendio de Campanar fue un antes y un después para los Bomberos. «En Campanar no funcionó la sectorización del edificio y el fuego no quedó confinado en la zona donde se inició, se propagó por el exterior» algo que «totalmente anómalo», explicaba hace unos días el inspector de Bomberos de València Amador Giménez tras la extinción del incendio declarado en un bingo de calle Pintor Benedito de València que, afortunadamente, no dejó víctimas pero sí trajo el recuerdo de la tragedia de Campanar.
Las torres Alameda, otro ejemplo de fachada ventilada / M.A.Montesinos
Medio centenar de edificios
Las fachadas ventiladas como la del edificio de Campanar, construido en 2003, están hechas a base de lo que en edificación se denomina «panel sándwich», esto es, placas de aluminio u otro material rellenas de un aislante que van ancladas a la estructura de hormigón del edificio. Esta técnica de construcción llegó de Estados Unidos y de Alemania en los años 90 y se ha usado con profusión en edificios de oficinas, hoteles y fincas residenciales, una de ellas la Torre de Francia o el llamativo Edificio Navis, en la frontera de Mislata con València. A falta de cifras oficiales se calcula que en la ciudad puede haber medio centenar de edificios construidos con el mismo material aislante que el de Campanar.
Las fachadas ventiladas «tienen muchas ventajas», son eficientes porque aíslan del frío, del ruido y también del calor porque permiten la circulación del aire. El problema en Campanar fue el relleno utilizado, el poliuretano, que es combustible. Es un material que «ya no se utiliza», apuntan los ingenieros y arquitectos consultados.
Los cambios
Entre 2010 y 2015 se desarrollaron nuevos materiales aislantes minerales e ignífugos para las fachadas, como la lana de roca o la fibra de vidrio, que ya se están colocando en las fachadas ventiladas de nueva generación como la del hospital de biomedicina de Ascires en el bulevar Sur
También ha habido cambios en el Código Técnico de la Edificación, el más importante, la obligación de sectorizar o aislar las fachadas ventiladas cada dos pisos para evitar que el fuego se propague por el exterior. La sectorización de estas fachadas evita el efecto chimenea que se produjo en las torres de Campanar, explican los arquitectos consultados, que apuntan que sería conveniente revisar también los materiales de los que están hechos elementos que se instalan en las terrazas y balcones, desde los toldos, hasta el mobiliario de plástico o el césped artificial, que en el caso de Campanar aceleraron la propagación del fuego. El uso de aislantes ignífugos junto con la obligación de sectorizar las fachadas son medidas, que dan ya seguridad a los nuevos edificios.
La conselleria también ha hecho una propuesta al Ministerio de Vivienda para incorporar medidas relativas a la prevención contra incendios en el proyecto de modificación del Código Técnico de la Edificación que está impulsando el Gobierno.
La Generalitat tras la tragedia creó una comisión de expertos en seguridad de edificios para canalizar información y asesorar a técnicos y comunidades de vecinos e incentivar medidas de prevención. Además se ha incorporado en las bases de ayudas para la realización de los informes de evaluación de edificios, la ITV de los edificios que de momento solo es obligatoria para los edificios con más de 50 años, un anexo sobre incendios, con medidas de protección y mantenimiento. Por otro lado, la conselleria impulsa, según informan fuentes de este departamento, jornadas sectoriales de formación e información, especialmente con el colegio de administradores de fincas, «con el que estamos trabajando, y con la colaboración del Instituto Valenciano de la Edificación y los colegios profesionales».
Derrama en la torre de Francia
La tragedia de Campanar desató la alarma entre los vecinos de edificios de características constructivas similares. Los expertos consultados aconsejan que para evitar riesgos se deberían hacer catas para determinar el tipo de aislante utilizado. La comunidad de propietarios de la icónica Torre de Francia fue una de las primeras en activar la revisión del edificio, proyectado hace dos décadas por Julio Gómez-Perreta.
Tras la tragedia de Campanar, el despacho de arquitectos mantuvo reuniones con los vecinos del edificio. Se presentó una propuesta para renovar el revestimiento de la fachada con materiales ignífugos. Se puso sobre la mesa incluso una propuesta de Iberdrola, que contaba con financiación europea de los Next Generation, para renovar el edificio, que incluía el cambio del aislamiento exterior, pero la intervención todavía no ha arrancado. Otro de los edificios donde los vecinos se están planteando la renovación de la fachada son las Torres Alameda donde se calcula que la derrama para la renovación del revestimiento puede ascender a 40.000 euros.
Algunas administraciones, como el Ayuntamiento de València, ofrecen bonificaciones del 95% del IBI para la renovación de edificios, pero los expertos apuntan que debería haber más ayudas para incentivar la revisión y renovación de las fachadas ventiladas de la misma época del edificio de Campanar.n
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El hotel Meliá y el Ikon, en la entrada a València por Corts Valencianes / M.A.Montesinos
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