Cumbre de alto nivel en un momento clave para impulsar la creación de un nuevo ‘campeón nacional’ de la defensa y de la industria espacial. La ministra de Defensa, Margarita Robles, mantendrá este jueves una reunión con la cúpula de Indra, tras el anuncio de un acuerdo para que el grupo tecnológico compre la compañía de satélites Hispasat. Una operación que tiene como fleco pendiente cumplir la exigencia de la compañía de poder tomar el control total de Hisdesat, la filial de satélites militares, para lo que el Gobierno tiene que dar el visto bueno a una reorganización del accionariado.
El encuentro se celebrará en la propia sede central de Indra Group en Alcobendas, en Madrid, donde recibirán a la ministra el nuevo presidente de la compañía, Ángel Escribano (recién aterrizado como sustituto de Marc Murtra por designación como presidente de Telefónica), y también el consejero delegado de la compañía, José Vicente de los Mozos. Desde la compañía se insiste en que en la reunión, adelantada por Europa Press, se abordarán todos los programas nacionales de seguridad y defensa en los que Indra participa, pero el terremoto corporativo que supone la absorción de Hispasat estará en el centro de la cita.
Indra -que tiene al grupo estatal SEPI como mayor accionista, con un 28%- cerró el pasado viernes un acuerdo con Redeia para comprar la participación de casi el 90% que tiene en el grupo de satélites Hispasat por 725 millones de euros. La operación contempla también el traspaso del 43% que Hispasat tiene en Hisdesat, la compañía que se encarga de las comunicaciones satelitales del Ministerio de Defensa y de los servicios de inteligencia y que a la postre se ha convertido en un elemento crucial para que toda la operación acabe cerrándose.
Indra ya tiene una participación directa en Hisdesat del 7% y conseguiría elevarla hasta el 50% tras incorporar el paquete en manos de Hispasat (del 43%). Pero la compañía tecnológica exige tener una participación mayoritaria, superando el 51%, y tener el control real sobre la compañía de satélites militares. De hecho, el acuerdo entre Indra y Redeia incluye una cláusula suspensiva que establece como condición de obligatario cumplimiento la consolidación financiera de Hisdesat en las cuentas de Indra; esto es, en la práctica, que pueda considerarse una filial a todos los efectos y poder tomar el control de su dirección. Si no hay acuerdo sobre los satélites de defensa, Indra puede dar por roto el acuerdo para comprar Hispasat.
Indra negocia con el resto de socios de Hisdesat para emprender la reorganización accionarial exigida, pero depende del Gobierno que la operación salga adelante. Además del 50% en manos de manera virtual de Indra, el accionariado de Hisdesat lo integran el Ministerio de Defensa (con un 30% a través de Isdefe), el grupo aeronáutico Airbus (con un 15%) y la ingeniería Sener (con un 5%).
“Estamos trabajando en una reorganización del accionariado de Hisdesat para tener mayoría”, explicó este lunes el presidente de Indra Group, Ángel Escribano, en un encuentro con medios de comunicación, en el que subrayó que la compañía debe asumir “un control efectivo y total” de la filial de satélites militares. “Si no obtenemos este control, no hay trato”, avisó el nuevo presidente, pero dando por hecho que se cerrará un acuerdo “rapidísimo” en las próximas semanas. Indra reconoce que tomar el control de Hisdesat siempre fue la “de mayor interés” para el grupo para emprender la operación de absorción de Hispasat, en línea con los objetivos de plan estratégico de la corporación de concentrar sus esfuerzos de expansión en los próximos años en los sectores de defensa y aeroespacial.
Copar el 60% del negocio espacial
Indra pretende que Hispasat sea la columna vertebral de sus planes de convertirse en un gigante del negocio espacial. La compañía Indra prevé que Hispasat e Hisdesat contribuyan “significativamente” a los resultados financieros del grupo en los próximos años. La nueva Indra Space, filial del negocio espacial, acelerará su crecimiento en los próximos años, con el objetivo comprometido con el mercado de alcanzar los 400 millones de ingresos en 2026 y con la meta de superar los 1.000 millones de facturación en 2030.
La industria espacial prevé que las inversiones públicas en programas nacionales y europeos del sector se triplicaran hasta el final de la década, desde los apenas 500 millones de euros de 2023 hasta entre 1.500 y 1.700 millones de aportación del Gobierno español en 2030. El objetivo que se ha marcado Indra es captar más del 60% de todo esas inversiones institucionales en los programas espaciales.
Indra ya ha venido dando pasos para entrar en la carrera espacial. El grupo tecnológico reforzó su recién estrenada filial espacial con la adquisición de Deimos, una compañía de misiones espaciales del grupo Elecnor, y con una reorganización de sus negocios para engordar a la nueva Indra Space cediéndole su participación en el proyecto Startical de lanzamiento de una constelación de satélites de gestión y vigilancia del tráfico aéreo junto al grupo público Enaire (también controlado enteramente por el Gobierno y que es el mayor accionista de Aena, con el 51%). Ahora Indra sumará las capacidades de Hispasat e Hisdesat al desarrollo de la nueva filial.
Indra considera que con la suma de Hispasat-Hisdesat ya ha conseguido armar un gran grupo espacial, pero está abierto a nuevas compras para asegurarse estar presente en toda la cadena de valor del sector. «La gran base de Indra Space ya está hecha», explicó consejero delegado de Indra Group, José Vicente de los Mozos, este lunes «El núcleo central de Indra Space ya está conformado, pero estamos abiertos a otras posibles adquisiciones», matizó.
Retrasos en el ‘megapedido’ de blindados
En la cumbre de la ministra Robles y la cúpula de Indra también tendrán que abordarse los avances del proyecto para la producción de los 348 vehículos de combate sobre ruedas (VCR) 8×8 Dragón para el Ejército de Tierra. Indra tomó el año pasado una posición de control (51,01%) del consorcio Tess Defence, al cual Defensa otorgó un contrato de unos 2.000 millones de euros para la producción de los mencionados vehículos y en el que también participan Escribano Mechanical & Engineering (EM&E), Sapa Placencia y Santa Bárbara Sistemas. El objetivo principal de que Indra adquiriese una posición de control del consorcio es agilizar la entrega de las unidades comprometidas, dado que el proyecto acumula múltiples retrasos.
El Ministerio de Defensa firmó en 2020 el contrato de suministro de fabricación de los vehículos 8×8 Dragón con el consorcio, si bien la compra de estos vehículos está en marcha desde 2007, pero se fue retrasando por diversos motivos y el contrato firmado en 2020 ya contemplaba que serían entregados progresivamente, hasta el año 2030. El Gopierno aspira a que, una vez que Indra ha tomado el control efectivo de Tess y de todo el proyecto, se aceleren los trabajos y se confía en que pueda producirse de manera inminente la entrega de las 92 unidades de los blindados que estaba comprometida para el año pasado.
Robles también pasará revista a los otros grandes proyectos en los que participa la compañía, como el Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS), el caza militar de alta tecnología que están desarrollando de forma conjunta España, Francia y Alemania. A ello se suma el proyecto europeo IRIS2, desarrollado por el consorcio SpaceRISE, conformado por Hispasat, Eutelsat y SES, el cual firmó a finales del año pasado con la Comisión Europea y la Agencia Espacial Europea un acuerdo para diseñar, construir y explotar durante 12 años la Infraestructura de Resiliencia, Interconectividad y Seguridad por Satélite (IRIS2), un proyecto respaldado con 6.500 millones de euros procedentes de fondos públicos a los que se sumará la financiación privada aportada por los tres miembros del consorcio.