Apenas ha habido tregua. Ni el decreto puntual del Govern neutralizando las macrogranjas de aves ni la moratoria urbanística del Ayuntamiento de Sineu han sido suficientes para que Avícola Son Perot cesara en sus expectativas de instalar una gran explotación ganadera en Son Vanrell. Sea con animales de pelo o pluma, su comportamiento y las manifestaciones de sus responsables hacen pensar que seguirá intentándolo mientras vea la posibilidad de un resquicio legal que pueda hacer valer sus intenciones. Ahora lo intenta con porcino. Unos 6.000 cerdos a cambio de 750.000 gallinas imposibles. Este es el trueque que se baraja. La valoración medioambiental está en trámite. El Govern y el Ayuntamiento vienen a considerar el viraje poco menos que papel mojado pero lo fían todo, respectivamente, a una ley agraria que todavía está en fase de redacción y a una moratoria urbanística que no puede ser perenne. El promotor incentiva la baza del producto de calidad, proximidad y bajo coste para el consumidor. En este punto confluye con Vox que en el asunto de las macrogranjas se distancia del PP aludiendo al libre mercado. Promotor y ultraconservadores pueden llegar a toparse en una sociedad de intereses contrapuestos. Pocas referencias a las cuestiones medioambientales. Este es el panorama. Queda claro que el se reactiva el pulso sobre pilares de dimensión y contenido. Hay experiencias de granjas de cerdos no lejos de Son Vanrell. No son inodoras. La gente del contorno tiene referencias claras de lo que le espera si se logra pasar de gallinero a pocilga. La plataforma cívica tendrá menos descanso del esperado. Al PP le faltan apoyos para sacar adelante la ley agraria.
Suscríbete para seguir leyendo