Una presona mira por la ventana

Yo, si un día me levanto y no funciona el microondas, me tiro por la ventana. Lo normal es que al poco de estropearse el microondas, se venga abajo la nevera, de modo que vuelvo a tirarme por la ventana, lo mismo que si me falla el ordenador. Significa que me tiro por la ventana todo el rato, simbólicamente, se entiende. Tirarse por la ventana simbólicamente quiere decir que preferirías no haberte despertado. Hay gente que sirve para los trámites y gente que no. Yo soy de las que no, de modo que si salgo de la cama y no funciona la cafetera eléctrica, me tiro una vez más por la ventana. Me desespero, me meso los cabellos, lo mismo que cuando recibo una de esas multas de tráfico en las que te descuentan la mitad si pagas antes de 30 días. Yo no sé pagar antes de 30 días. Yo solo sé pagar en el acto o poner la tarjeta de crédito a disposición de quien me la pida. Yo no he nacido para tramitar nada. No es que odie los trámites, es que no los entiendo. Nunca supe, por ejemplo, cómo solicitar una beca, pese a ser el candidato perfecto para obtenerlas.

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