El discurso sonó a golpe encima de la mesa. La semana pasada el PP atravesó días convulsos por su cambio de posición ante el decreto ómnibus del Gobierno. Y aunque hubo dudas y debate interno, Alberto Núñez Feijóo impuso el giro hacia el sí porque entendió que el PP sufriría las consecuencias de no apoyar la revalorización de las pensiones, un asunto nuclear para su formación. El líder conservador, de hecho, estaba convencido de que el Gobierno se habría frotado las manos si hubiera hecho lo contrario. Y Vox, por su parte, no escatimó en críticas por el bandazo de su rival en la derecha. A todo eso respondió Feijóo este lunes en lo que muchos dirigentes consultados vivieron como un golpe de autoridad, un “hasta aquí” con claves en distintas direcciones.
La interna, según coinciden también los cargos consultados, “quedó zanjada”. El líder del PP valoró -con cierta ironía- “las opiniones de buena fe” que buscan acabar con el “tanto despropósito” en España. Pero recordó que él también ha combatido al PSOE en muchas elecciones en Galicia (y las ha ganado) y en Madrid, las generales de 2023, en las que también fue primera fuerza. En el partido, aseguran, que “se entendió el mensaje”.
Los recados a Vox fueron sonoros. Los discursos que Feijóo dirige a la junta directiva nacional -máximo órgano entre congresos y con la presencia de muchos presidentes autonómicos y cargos de relevancia- sirven también para fijar posiciones internamente y hacer aclaraciones. En muchas ocasiones el líder del PP no se pronuncia sobre Vox o desliza alguna idea sin tan siquiera mencionar al partido. Pero ayer lo hizo con toda contundencia.
Primero, al afirmar que “la buena política” es la que hace el PP “porque nadie más la hará, ni el Gobierno, ni tampoco Vox, que no quiere cambiar nada sino reforzar su permanencia en la oposición”. En ese punto, el líder conservador quiso reivindicar el peso de su partido en el Congreso (primera fuerza y 137 escaños) frente a Vox, que tiene 33. “Aquí o gobierna el PP o gobierna el PSOE con sus socios. No perdamos de vista esto”, incidía Feijóo en el momento en que Vox sigue al alza en las encuestas, pero muy lejos de las siglas populares y aprovechando su tirón internacional para presionar más al PP.
En Génova apuntalan esa misma idea: “Vox es un partido que tiene que preocuparse por seguir ganando a Sumar. El PP le queda un poco lejos. A veces el hermano mayor tiene que decir las cosas como son”, explican, sin ocultar ese golpe en la mesa que quiso dar Feijóo. La crítica más dura -y que recibió respuesta directa de Abascal- fue la de que hay partidos que optan por hacer “oposición de tumbona y de dedito levantado”.
En el entorno del líder del PP aseguran que el objetivo pasaba por “aclarar algunas cosas” y que Vox entienda que el PP “también sabe pasar al ataque” y “cuando no lo hace es porque no quiere”. En ese sentido, los populares recalcan que en otros momentos en los que ha habido “críticas fáciles a Vox” (por ejemplo con noticias sobre la financiación de Disenso, el ‘think tank’ ligado al partido de Abascal, o recientemente informaciones periodísticas sobre la facturación de su mujer al grupo editorial Intereconomía) la orden ha sido no atacar.
En todo caso, en el núcleo duro del dirigente gallego insisten en que la “advertencia” a Vox para que “deje de dar lecciones” (como ya insistió el propio Feijóo el jueves pasado al pronunciarse por primera vez sobre el cambio de voto en el decreto de las pensiones) es “puntual” y no forma parte de una estrategia para abrir una guerra con los ultra.
La suma de la derecha: «Cada uno su espacio»
De hecho, según explican distintos asistentes a la reunión Feijóo también se refirió durante el discurso cerrado solo para el partido a la suma de la derecha que ponen de manifiesto todas las encuestas publicadas recientemente. Las más optimistas dan en su horquilla alta que los dos partidos podrían acercarse a los 190 diputados. De ahí que el líder conservador insistiera a los suyos en que ambos “tienen un espacio que ocupar” y que mientras el PP creciera y Vox también no había problema ni peligro alguno.
El portavoz del grupo parlamentario, Miguel Tellado, insistió en una entrevista este fin de semana en que hay que “dejar los complejos” sobre los pactos con Vox y asumir que si hay suma de la derecha es también porque los ciudadanos lo eligen. Ese proceso de normalización de acordar con el partido de Abascal lleva tiempo funcionando entre algunos dirigentes y Tellado -muy crítico con otros posibles aliados como el PNV- es una de las voces que destacan en esa linea.
Como publicó este diario, Feijóo pretende ir preparando poco a poco todos los escenarios políticos de cara a las futuras elecciones. El objetivo del PP siempre va a pasar por crecer lo máximo posible y necesitar menos aliados. Pero en Génova son realistas y saben que en este momento tienen que valorar la suma con Vox casi como única opción. El otro plan -ya desde que el líder gallego llegó a Madrid- pasaba por mirar a los aliados de Sánchez del centro derecha -PNV, que en este momento las relaciones están rotas; y Junts, a quien tratan de atraer para votaciones puntuales, pero que en el PP saben que está atado al presidente del Gobierno-.