El reloj juega en contra de las intenciones más inmediatas del Atlético de Madrid. Tras la reciente salida de Andrea Berta y, por ende, la ausencia de un director deportivo, Miguel Ángel Gil Marin, junto con Carlos Bucero, nueva incorporación al frente de la dirección general del fútbol de la entidad, tomarán las riendas en esta ventana de fichajes. El primer objetivo de ambos pasa por reforzar el centro del campo del Cholo Simeone. Concretamente la posición del ‘5’.
El técnico argentino está empeñado en la necesidad de incorporar un centrocampista de corte posicional, teniendo en cuenta la escasez de efectivos en esa zona. Una visión compartida por todas las partes dentro del club. Y es que el equipo está a una posible lesión de Rodrigo de Paul o de Pablo Barrios, la pareja titular en la sala de máquinas de los colchoneros, de quedarse prácticamente sin opciones para esos puestos. Koke se antoja como la única alternativa real a ambos, aunque su físico ya no responde como antaño y, por ende, ha dejado de ser indiscutible para el Cholo. Además, Conor Gallagher, fichaje estival que aterrizó como mediocentro, está ocupando posiciones de extremo en el clásico 4-4-2 de Simeone.
Es por ello que la dirigencia rojiblanca ya rastrea el mercado en busca de una pieza que pueda aportar rendimiento inmediato ante la exigencia del calendario. Cabe recordar que el Atlético de Madrid compite en La Liga y todavía permanece vivo en Champions League y Copa del Rey. Por lo tanto, reforzar el medio campo se ha convertido en una necesidad imperiosa para el equipo y, al mismo tiempo, un reto mayúsculo teniendo en cuenta que el 3 de febrero cierra el mercado.
Apuestas fallidas
El invierno pasado el club ya intentó fortalecer esas posiciones con la llegada de Arthur Vermeeren. Sin embargo, el belga no logró adaptarse en ningún momento al estilo del Atlético de Madrid y, además, no cumplía con el perfil que a día de hoy busca Simeone. Otros nombres merodearon por las oficinas rojiblancas. Pierre-Emile Højbjerg, Martín Zubimendi o Mikel Merino, entre otros, sonaron con fuerza para reforzar la medular del equipo. No obstante, ninguno de ellos recaló en la capital.
Con todo ello, desde el club trabajan contra reloj y con poco margen de maniobra, atados de pies y manos por el límite salarial. Al mismo tiempo, lo hacen con la necesidad de dar con la tecla y acertar con la llegada de un futbolista que verdaderamente satisfaga las exigencias del Cholo Simeone.