Me han puesto una incidencia por mal comportamiento porque el profesor me tiene manía. He suspendido porque la maestra ha preguntado temas que no entraban para el examen. Me ha llegado una multa por exceso de velocidad y la culpa es de la policía, que sigue consignas recaudatorias. No salgo a jugar al campo porque el míster está contra mí. Jamás promociono porque mis jefes tienen enchufados a otros. Mi superior no me pide que le pase propuestas de mejora porque no me tiene en cuenta. Me aburro con mi pareja porque ya no me hace caso ni me habla como antes. Ya no me siento deseada y es porque mi marido sólo tiene energía para trabajar. Los pantalones no me entran y me aprietan en la cintura porque la lavadora los ha encogido. Mis compañeros nunca me llaman para tomar café juntos porque son unos sectarios y, desde que les canté las cuarenta, me hacen el vacío. El chico con el que me lie hace unos días no me ha vuelto a llamar porque estoy convencida de que le impongo demasiado. Mis hijos son unos maleducados porque en el colegio no son lo suficientemente estrictos. El inspector de trabajo me ha sancionado porque los funcionarios van contra los autónomos. Esa chica no ha querido venirse conmigo a casa porque todas las tías son iguales y sólo se aprovechan de los hombres. No puedo entregarte el informe a tiempo porque los de informática no me han hecho la modificación que pedí. Tampoco te he pasado los resultados porque el de finanzas no me responde al mensaje que le envié hace un mes. El cliente del restaurante se ha quejado porque, nada más entrar, ya he visto que venía de mal humor. No consigo retener a los trabajadores porque los jóvenes de hoy en día no saben lo que es el compromiso. 

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