Las supuestas discrepancias entre Israel y Hamás que esta mañana han llevado a la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a anunciar que no sometaría a votación en su Gobierno el alto el fuego en Gaza están, al parecer, resueltas. Así lo recogen los medios de comunicación israelíes y las agencias Reuters y Efe, que han señalado que el Ejecutivo israelí se reunirá finalmente mañana viernes para votar el acuerdo. También fuentes de la milicia palestina habrían confirmado que «todos los asuntos se han resuelto».
Catar, Egipto y Estados Unidos, que han actuado como mediadores en las conversaciones sobre la tregua, anunciaron la tarde del miércoles el cese de las hostilidades en la Franja tras 15 meses de conflicto. Sin embargo, el Gobierno de Israel, profundamente dividido por la oposición de dos partidos ultranacionalistas de la coalición, no confirmó el acuerdo.
Horas después, en un comunicado, Netanyahu culpó a Hamás de crear una «crisis de última hora» en un intento de renegociar algunos puntos. En concreto, el mandatario israelí denunciaba que el grupo islamista había dado marcha atrás sobre «partes del acuerdo alcanzado con los mediadores e Israel en un intento de extorsión para lograr concesiones en el último minuto». Unas acusaciones que Hamás ha rechazado en todo momento.
Según recogen los medios israelíes, el alto el fuego contempla tres fases de 42 días cada una. En la primera fase se liberarían a 33 rehenes (mujeres, menores de edad, mayores de 50 años, enfermos y heridos), mientras Israel retirará progresivamente sus tropas de los centros de población, empezando por el Corredor Filadelfia, la estrecha faja de tierra que transcurre a lo largo de la frontera entre Gaza y Egipto. Continuará presente en una zona de amortiguación aún por delimitar. En esta primera fase, también pondrá en libertad a decenas de presos palestinos y permitirá la entrada de ayuda humanitaria al enclave, con hasta 600 camiones al día.
En la segunda la fase, cuyas negociaciones arrancarán 16 días después del inicio de la primera fase, se incluirá no sólo la entrega del resto de rehenes vivos; también los cuerpos de los muertos, que se cifran en 34. A cambio, Israel liberará a un nuevo grupo de reclusos palestinos (niños y mujeres incluidas) hasta llegar a 1.000. La tercera fase es todavía una incógnita, pero en ella probablemente se discutirá la reconstrucción de la Franja y quién gobernará en Gaza.
A falta de la votación, uno de los dos socios ultraderechistas de Netanyahu, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, ha amenazado con que renunciará a su cargo si el Gobierno ratifica el acuerdo de alto el fuego en Gaza, al que se ha opuesto firmemente.