La izquierda andaluza más allá del PSOE recibe entre el optimismo y la expectación el desembarco de la socialista María Jesús Montero como líder del PSOE andaluz. La mayoría absoluta de Juanma Moreno en 2022 dejó a los votantes progresistas en un estado de «depresión» del que no han logrado recuperarse, y la llegada de la vicepresidenta primera del Gobierno es visto como un revulsivo para reactivar el pulso de la izquierda y dar un horizonte alternativo al Gobierno del PP. «Se rompe la imagen de ese Juanma Moreno invencible, de la mayoría absoluta», resumen.
Izquierda Unida es la formación con más arraigo y representación institucional en Andalucía y su portavoz, Inmaculada Nieto, ha sido durante los últimos meses una de las voces más duras de oposición en el Parlamento andaluz al Gobierno de Moreno Bonilla, aprovechando el perfil de Juan Espadas, el hasta ahora líder del PSOE-A, a quien afean su tibieza con el PP y que es también portavoz de los socialistas en el Senado.
Una circunstancia que, creen, dejó un «vacío» en la oposición y avivó el desánimo en la izquierda, que no veía grandes resistencias a que el presidente andaluz pudiera reeditar su mayoría absoluta sin demasiadas complicaciones. Pero ahora ese escenario ha cambiado con la llegada de María Jesús Montero. «Por primera vez se cuestiona que vaya a producirse una victoria segura de Moreno Bonilla«, consideran en IU, donde voces destacadas apuntan a que «se rompe la imagen» de que el presidente andaluz es «invencible» y de que su victoria es «inevitable». Algunos opinan que la llegada de Montero servirá para volver a activar al electorado socialista y podría «achicarles» el espacio, también apuntan también a un aumento de la movilización a la izquierda del PSOE, conformen aumente el horizonte de gobernabilidad: «Conforme más expectativas haya de llegar al Gobierno, nuestros votantes más irán a votar».
El papel que Montero mantendrá en el Gobierno, donde prevé seguir como vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, genera más dudas en las filas de la formación. Por una parte, apuntan desde IU, «permitirá que Andalucía gane peso nacional«, algo que esperan que pueda plasmarse en las decisiones del Gobierno de coalición de Pedro Sánchez. Al mismo tiempo, otros creen que la proyección de la socialista también le permitirá llegar al electorado andaluz, frente al perfil de Espadas, que era menos conocido a nivel nacional. Aunque evitan pronunciarse sobre si Montero debería dejar su puesto en el Consejo de Ministros, asegurando que se trata de una decisión orgánica de otro partido, sí hay quien observa «dificultades» a la hora de compaginar ambos papeles, el de líder de la oposición en Andalucía y el de, entre otras cosas, interlocutora de los partidos independentistas para negociar los Presupuestos.
«Elegir entre Susana Díaz o nosotros»
En Podemos, que tiene tres de los cinco diputados en el Parlamento andaluz, también convienen en el posible aumento de movilización de la izquierda y coinciden en que el desembarco de la vicepresidenta permitirá «romper el marco» por el que Juanma Moreno tiene garantizada la victoria. Sí exhiben cautela y ciertas dosis de escepticismo hacia el perfil María Jesús Montero, al considerar que «no es una desconocida en la política andaluza», y que «con ella empezaron las privatizaciones«.
Después de que la ministra de Hacienda reivindicara en su acto de presentación oficial el pasado socialista con figuras como Manuel Chaves o Manuel Griñán, Podemos emplaza al PSOE a un debate interno: «Tiene que elegir entre reivindicar la herencia de Susana Díaz, o entender que la única alternativa es mirar a su izquierda, entenderse con nosotros y hacer políticas progresistas», resumen fuentes de la formación andaluza.
Sobre el efecto de Montero en la política andaluza, creen en Podemos que «cualquier cosa parece más atractiva que la opción de Espadas, que dejó esa sensación de ausencia por centrarse en el Senado» y censurando su falta de interés por Andalucía. Sobre la compatibilidad de María Jesús Montero como líder del PSOE-A y vicepresidenta del Gobierno de Pedro Sánchez, consideran que «acumular cargos siempre es un problema, porque siempre se pone más atención a uno que a otro». El precedente de Espadas, sostienen, generó un «importante problema» no sólo a nivel de liderazgo orgánico del PSOE, sino en la política andaluza, al traducirse en la ausencia de un liderazgo de oposición claro.
En este sentido, avanzan en Podemos que, «el tiempo de Moreno Bonilla va a empezar a acabarse«, aunque lo atribuyen no tanto al proceso de renovación del PSOE andaluz, sino a las movilizaciones sociales que se prevén en los próximos meses por la sanidad o la dependencia organizados por movimientos de los que Podemos forma parte. «Lo que va a hacer tambalear el liderazgo imbatible de Moreno no es la llegada de Montero, sino que se frague en las calles ese descontento social». Un descontento que, avanzan, tratarán de capitalizar.