En el cuartel general del PP, Alberto Núñez Feijóo y las pocas personas en las que confía están adelantando los posibles escenarios con los que se pueden encontrar este año 2025 y uno de ellos es que el Gobierno de Pedro Sánchez supere los desencuentros con Junts y consiga aprobar unos nuevos Presupuestos Generales. Sin cámaras ni micrófonos, dirigentes populares admiten que el Ejecutivo tiene todavía margen para lograrlo: dicen que Sánchez podría presentar las Cuentas en abril y el Congreso de los Diputados aprobarlas el mes siguiente. Es el calendario que siguió Mariano Rajoy (PP) en los años 2017 y 2018, señalan.
Ante esa posibilidad, en el núcleo duro de Feijóo ya se está analizando la respuesta que tendría que dar el PP a esa muestra de poder de Sánchez, al que constantemente los populares dibujan como un líder acabado. Sobre la mesa, según altos cargos del partido conocedores del debate entre bambalinas, se barruntan diferentes posibilidades: cambios en el partido, en la dirección del grupo parlamentario en el Congreso y una convención.
“El contexto internacional, con la ultraderecha ganando terreno, perjudica mucho el perfil de Feijóo», afirma un fontanero del partido
La opción del congreso, que Feijóo se planteó a la vuelta de las vacaciones de verano, se descartó al poco. Demasiado riesgo abrir en canal al partido y el liderazgo del PP. La interpretación muy laxa de los estatutos le permite decir que no está obligado a convocarlo, porque ya se hizo un congreso extraordinario en 2022, para elegirle a él. En todo caso, a lo que sí está mandatado y no está cumpliendo es a la realización de una convención. Según marca el artículo 42, deben hacerse cada año, excepto en los de congreso nacional. En ese tipo de reuniones, se evalúan “las políticas que el partido desarrolla” y se ofrecen “orientaciones, sugerencias”. Para algunos altos cargos, no haberla hecho estos dos últimos años ha trasladado la idea de un partido que “se mueve según le marca Vox” y “no da la batalla de las ideas”. Otros, en cambio, consideran que hay que centrarse en “combatir a Sánchez” y no enredarse en disquisición alguna.
El rédito del malestar
La presión que siente el político gallego para tener un plan B es externa (por el Gobierno y los Presupuestos), pero también interna (en su propio partido). El PP ha empezado 2025 con tendencia a la baja en las encuestas mientras ve cómo Vox crece y el PSOE, pese a la investigación a José Luis Ábalos y a la esposa de Sánchez, resiste. Es lo que han señalado el último barómetro de GESOP para Prensa Ibérica, el del Instituto 40dB para El País y la Cadena Ser y el de ‘El Español’. Esa mala salud de hierro del socialista y el fortalecimiento del partido de Santiago Abascal preocupa en el PP y es un malestar que, según dirigentes del núcleo duro de Feijóo, puede empezar a expresarse claramente en primavera si Sánchez reconstruye sus alianzas y el político gallego no consigue reunir en las encuestas al votante de derechas en torno a su figura. La sombra de Isabel Díaz Ayuso, que ha debilitado muchísimo a Vox en Madrid, sigue estando ahí.
“El contexto internacional, con las fuerzas de ultraderecha ganando terreno por momentos, perjudica mucho el perfil de Feijóo. Austria, Alemania, Donald Trump en EEUU…”, relata un veterano fontanero del PP. “Entre eso y que Sánchez sabe mejor que nadie alentar el miedo a Vox, Feijóo no lo tiene fácil”, continúa.
Miguel Tellado y Ester Muñoz
“Algo tendrá que hacer Feijóo si Sánchez saca los Presupuestos”, dice un presidente autonómico. “Porque vamos a tener Sánchez hasta 2027”, añade. “Hay más vicesecretarios que nunca y pintan menos que nunca. Igual que la secretaria general”, afirma otro líder regional que no tiene vara de mando.
Cuca Gamarra, oficialmente la número dos, vio difuminadas desde el principio sus funciones por el poder del que Feijóo ha investido a Miguel Tellado, oficialmente ‘solo’ portavoz en el Congreso. Tellado era su hombre de confianza en Galicia y sigue siéndolo en Madrid. Él es el que se encarga de negociaciones y gestos que deberían recaer en Gamarra.
Sin embargo, tampoco Tellado pasa un buen momento. Su verbo, siempre encendido, y el “error” de todo su grupo parlamentario votando en favor de una reforma legal que beneficiaba a los presos de ETA, han debilitado su figura. Para algunos compañeros de su propia bancada su tono “estridente” y su “falta de conocimiento del funcionamiento interno”, pese a llevar un año en el cargo, lo han debilitado como jefe de bancada.
Por contra, quien vive un gran momento es Ester Muñoz, vicesecretaria de educación y sanidad. Cada vez le están dando más margen en el partido, con ruedas de prensa en la sede sustituyendo a Borja Sémper, portavoz nacional, pero también en la tribuna del Congreso. La actual número dos de Tellado es la veterana Macarena Montesinos, secretaria general del grupo y responsable, junto con el portavoz, del fallo con la votación sobre ETA.
Tres presidentes autonómicos coinciden en que ven a la dirección nacional “perdida”, impulsando debates que no acaban de “cuajar realmente”, como el de la ley de conciliación. “Después nos pone el retiro en Asturias [este fin de semana los barones estarán con Feijóo hablando de políticas de vivienda] en enero, que sabe que también tenemos que ir a Madrid a FITUR [del 22 al 26]”, se queja un barón, un disgusto que es compartido por otros dos dirigentes autonómicos.
Suscríbete para seguir leyendo