La Fiscalía de Huelva ha solicitado 147 años y dos meses de prisión para un entrenador de fútbol infantil de Huelva, en prisión desde el 11 de enero de 2023, por abusar presuntamente de 21 menores de edad aprovechándose de su situación de superioridad y de la especial vulnerabilidad de sus víctimas.
La Fiscalía, según se recoge en el escrito de acusación al que ha tenido acceso EFE, considera a esta persona responsable de 31 delitos: cinco delitos de agresión sexual a menor de 16 años, catorce delitos de abuso sexual continuado a menor de 16 años, cinco delitos de agresiones sexuales, cuatro delitos de abuso sexual y dos delitos de abuso sexual a mayor de 16 años y un delito de acoso por los que se les solicitan penas que van desde uno a ocho años de prisión.
Asimismo, se pide que se imponga al acusado órdenes de alejamiento a más de 200 metros y comunicación por las víctimas durante cinco años en el caso de 20 de las víctimas, elevando ese tiempo a 10 años para la restante; así como períodos de libertad vigilada por los mismos plazos una vez que cumpla la condena de prisión.
Relata el fiscal que esta persona, desde 2017 a 2022, fue entrenador en distintas categorías de un club de fútbol base femenino de Huelva.
En dicho período, aprovechándose de la autoridad y superioridad que le confería el hecho de ser entrenador de menores de edad y en un contexto donde el procesado accedía de forma cotidiana a los vestuarios y duchas de ellas, les propinaba, de forma habitual, «cachetazos en el culo, cosquillas y abrazos» y les hacía «frecuentes comentarios sobre su aspecto físico, actuando en todo caso con ánimo libidinoso y sin el consentimiento de las menores».
A algunas de ellas llegó a tocarle los genitales y a darle besos en distintas partes del cuerpo, después de obligarlas a despojarse de la ropa interior para poder darles «masajes» necesarios, según les decía, para recuperarse de molestias.
También bajo diversas excusas, accedía a los vestuarios y duchas para observar a las jugadoras y les regalaba prendas de ropa buscando que se desvistieran en su presencia.
Por parte de agentes de la Policía Nacional, el 11 de enero de 2023, tras haberse presentado la primera denuncia por parte de las víctimas se practicó registro en un despacho utilizado por el procesado, interviniéndose varias bragas -algunas de las víctimas-, dos cuchillas de afeitar, una crema de la marca Caldatel y dos cajas de cartón que contenían diversas prendas de ropa interior de mujer sin usar.
