Como no hay mal que por bien no venga, la imparable subida del precio de la vivienda en Gandia también tiene efectos beneficiosos que ya se están observando en sus calles. Algunos promotores inmobiliarios aprecian que, al pagarse más cara la vivienda, se ha regresado a una fase de rentabilidad en la construcción perdida allá por el año 2008, cuando estalló la burbuja inmobiliaria y casi todo en ese sector quedó paralizado.

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