Puede ser este mismo viernes, 3 de enero. O mañana, sábado 4. O, como máximo, el martes 7, pasado Reyes. No hay más margen. El PSOE de Andalucía cuenta las horas. Con cierta angustia porque entiende que la espera se está alargando demasiado. Pero sus máximos dirigentes están convencidos de que María Jesús Montero asumirá las riendas de la federación. Quieren creerlo. No hay señales aún, no hay ningún indicativo de que la vicepresidenta primera del Gobierno, ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE vaya a asumir el reto de reanimar un territorio fracturado y todavía noqueado tras el trauma de la pérdida de la Junta y de buena parte de su poder municipal, pero varios mandos de primer nivel entienden que no hay más camino que ese y que apenas falta la comunicación formal. Que solo resta hacer solemne aquello que muchos dan por hecho, aunque aún no hay nada confirmado: que Pedro Sánchez habría decidido proyectar a su mano derecha como rostro de su partido en Andalucía, una comunidad clave y vital también para sostener al Ejecutivo, y que ella, aunque reticente, accedería por el bien de su formación. «Nadie respira esperando lo evidente«, subraya un jefe de un aparato provincial, resumiendo el pálpito que vibra en el PSOE-A.

La ansiedad en la federación crece porque el tiempo se agota y no hay mensajes oficiales llegados desde Madrid. El próximo 7 de enero comienza el plazo para que aquellos que quieran optar a la secretaría general del PSOE andaluz inscriban su precandidatura. Tendrán hasta el viernes 10 como máximo. Si no hay más que un aspirante, se le proclamará oficialmente como jefe de los socialistas andaluces, pero si no es así, arrancará la recogida de avales, ya que se necesita el apoyo del 12% del censo —la federación es la más grande de todas en el partido, con más de 43.000 militantes— para formalizar la candidatura. Las primarias, en ese caso, se celebrarían el 1 de febrero en primera vuelta. La desembocadura del proceso llegará con el congreso regional, que se celebrará en Armilla (Granada) el 22 y 23 de febrero.

Sánchez ha estado consultando a cuadros de la federación en los últimos días para pulsar su opinión. Y la conclusión muy consolidada que se escucha en el PSOE-A es que solo Montero puede ayudar a reanimar al partido y volver a unirlo

En teoría, por tanto, quedan aún unos días para que se conozca a quiénes intentarán hacerse con el liderazgo del PSOE-A. Y no sería extraño que se apurasen los plazos, pero la sensación (y petición) que tienen muchos mandos de la federación es que ha de despejarse ya la incógnita, sobre todo si María Jesús Montero (Sevilla, 1966) es la elegida por el presidente, porque en paralelo a su desembarco se debería producir la retirada de la competición de quien es secretario general del PSOE andaluz desde 2021, Juan Espadas, que antes batió a la expresidenta Susana Díaz con el apoyo e impulso de Ferraz. Hasta ahora, Espadas, exalcalde de Sevilla y también portavoz de los socialistas en el Senado desde noviembre de 2023, es el único que ha adelantado que quiere ser candidato. Y se asume que si es Montero la que da un paso al frente él no pondrá problemas para salir de escena. Sánchez eludió manifestarle su respaldo explícito en la clausura del 41º Congreso Federal, el pasado 1 de diciembre en Sevilla, cónclave en el que el exregidor de la capital andaluza ejerció de anfitrión, pero sí ha reconocido su trabajo en estos años en condiciones muy adversas. Por eso se espera que el presidente, que busca liderazgos «competitivos» en los territorios, le ofrezca un acomodo orgánico o institucional en caso de que promocione a Montero como su sucesora al frente del PSOE-A.

El jefe del Ejecutivo ha estado consultando a cuadros de la federación en los últimos días para pulsar su opinión. Y la conclusión muy consolidada que se escucha en el PSOE-A es que solo Montero puede ayudar a reanimar al partido y volver a unirlo, pues sería la candidata indiscutida y la que garantizaría un proceso sin unas primarias divisivas. Los cuadros regionales temen una confrontación interna que acentúe la fractura y debilidad que padece el partido, de ahí que apuesten por una solución que entienden incontestable, y es la proyección de la vicepresidenta primera del Gobierno, un valor sobradamente conocido por la militancia —pese a su escasa trayectoria orgánica— y por la ciudadanía. Ella es vista como la candidata con más capacidad para erosionar a Juanma Moreno, el barón popular que arrebató la Junta a Susana Díaz en las elecciones de 2018 y que en los comicios de junio de 2022 conquistó la mayoría absoluta.

La «panoplia» de compañeros con «capacidad»

A Sánchez se le preguntó en la rueda de prensa de balance del pasado 23 de diciembre qué le parecería si Montero fuese la próxima secretaria general del PSOE-A. «Van a ser sus militantes», dijo, «los que decidan su futuro». No la descartó. Tampoco lo hizo el pasado lunes, 30 de diciembre, el secretario de Política Institucional y Formación del PSOE, el sevillano Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. El dirigente defendió que el PSOE-A cuenta con una «panoplia» de compañeros que pueden liderar la federación. ¿Entre ellos está Montero?, se le inquirió. «Estoy seguro de que, por los nombres que usted me pregunta, sin duda tienen esa capacidad«.

La gente tiene interiorizado que va a ser María Jesús, porque otra cosa sería ir a primarias con ruptura», señala un responsable provincial, que pide que «del sábado que no pase» que se despejen las dudas

En la recta final de las fiestas navideñas y a las puertas de la apertura formal del proceso interno, el PSOE-A navega en la incertidumbre, porque «nadie sabe nada a ciencia cierta«, como recalcan varios dirigentes consultados, pero se espera un anuncio inminente. «Tenemos que saber ya porque si queremos consenso hay que convencer a gente para que dé un paso atrás», afirma un relevante barón provincial, que cree que Montero está «más cerca de que baje a Andalucía«. La vicepresidenta siempre se ha resistido a regresar a su tierra porque entendía que su carrera en la política regional había concluido, tras 16 años en puestos de primer nivel, porque su papel en el Gobierno al lado de Sánchez, como principal negociadora con sus socios de investidura —junto al ministro Félix Bolaños y al secretario de Organización, Santos Cerdán—, como titular de la estratégica cartera de Hacienda, era fundamental. Pero también ha repetido que aceptaría la decisión del presidente.

«Esto es el parto de la burra», comenta un jefe de un aparato provincial, «pero la gente tiene interiorizado que va a ser María Jesús, porque otra cosa sería ir a primarias con ruptura. Todo está parado y nadie respira esperando lo evidente». Como manifiesta este y otros altos responsables consultados, ya parece «claro» que la vicepresidenta asumirá el control del PSOE-A, y si aún no se ha desvelado es nada es porque se esta «preparando o negociando» la salida de Espadas o cerrando flecos. «Pero del sábado que no pase, que daría pie a que cualquier loco diga que se presenta y eclipsa el mensaje», ruega este cargo. Para este fin de semana, por tanto, todo debería quedar claro, según creen los notables de la federación.

Pero, ¿qué papel concreto asumiría Montero, en caso de que ella se decidiera? Porque habría, en principio, dos opciones. Una, que ella fuera la candidata a la Junta, la rival del presidente andaluz, el popular Juanma Moreno, y que como secretario general se promocionara a Juanfran Serrano, de 36 años, secretario adjunto de Organización en Ferraz —esto es, hombre de confianza de Santos Cerdán— y diputado en el Congreso por Jaén. La otra alternativa, que Montero relevara a Espadas en la secretaría general del PSOE-A (y por lo tanto fuera candidata autonómica en los comicios de 2026) y que tuviera como jefe del aparato regional, en Organización, al propio Serrano. En este último modelo, la ministra seguiría los pasos de otros colegas del Gobierno enviados a los territorios: Diana Morant (Ciencia) en la Comunitat Valenciana, Óscar López (Transformación Digital) en Madrid —ambos ya barones autonómicos— y Pilar Alegría (Educación y portavoz), que tendrá que batirse en primarias para ganar el PSOE de Aragón.

Respecto al papel de Montero, no hay unanimidad de criterio. Unos la ven solo como candidata, con Juanfran Serrano de secretario general, o ella como baronesa autonómica y él como su número dos

Un máximo mando provincial cree, por ejemplo, que la dupla Montero-Serrano debe organizarse con ella como aspirante a la Junta. «Proyecto de equipo y unidad y a por todas. Reparto de tareas, que hay tajo. Pedro ha hablado con mucha gente de diferentes provincias y procedencias, creo que para hacerse buena composición de la situación. Y pienso que la mayoría coincidimos en que si queremos ganar o mejorar sustancialmente los resultados hay que empezar por el partido. Y creo que María Jesús es la mejor candidata, pero la organización necesita de mucho trabajo, proximidad y toma de decisiones».

¿Secretaria general o solo candidata?

Otro dirigente muy reputado en la federación opina lo mismo: «Ahora hay que arreglar el partido, y el partido no se gestiona de lejos, sino a pie de terreno, estando muy pendiente. Quien venga tiene que saber que va al partido, porque solo cuando esté engrasado empezaremos a ser competitivos». Otro barón provincial, sin embargo, estima que hay que mandar un mensaje nítido al electorado de que ella es la que asume el mando «y punto«. Es lo que siempre ha defendido otro secretario provincial, porque no hay tiempo para lanzar dos liderazgos distintos cuando las autonómicas andaluzas se celebrarán, como máximo, en junio de 2026. En año y medio.

Ahora hay que arreglar el partido, y el partido no se gestiona de lejos, sino a pie de terreno. Quien venga tiene que saber que va al partido, porque solo cuando esté engrasado empezaremos a ser competitivos», advierte un reputado dirigente

«Ella tiene el perfil idóneo de candidata. Por eso hacía tiempo se barajaba que Juanfran fuera secretario general y María Jesús, candidata. De esta forma si las elecciones andaluzas no salían bien el partido, no sufriría si ella no quisiera quedarse en la oposición. Pero eso ha cambiado porque la única incontestable es María Jesús, la única que conseguiría que Juan no se presentase», señala un alto cargo provincial. Y sería, además, la que podría parar a Sevilla. Y es que en el PSOE-A hay dos agrupaciones con poder real sobre las demás, las únicas dos que tienen en sus manos las dos respectivas diputaciones provinciales. Sevilla, que es la que hasta el momento sostiene a Espadas, y Jaén, que apuesta por Serrano si Montero no se decide y que ha ganado aún más peso al recuperar, este mismo jueves, la alcaldía de la capital. La vicepresidenta, por tanto, sería la que evitaría también la colisión Sevilla-Jaén.

En el fondo, el reparto de cartas sería más accesorio, porque Montero continuaría en cualquier caso en el Gobierno hasta las autonómicas, por lo que necesitaría a una persona de su confianza total —Serrano u otro dirigente— para llevar las riendas del partido, dado que ella se reservaría para recorrer Andalucía y dar mítines, «no para estar en las peleas de patio de las agrupaciones provinciales».

Este jueves se escenificó ese mayor peso de Jaén. Se consumó la moción de censura del PSOE y de Jaén Merece Más que arrebató la alcaldía al popular Agustín González. El socialista Julio Millán recuperó la vara de mando de una ciudad que ya había gobernado entre 2019 y 2023, gracias a un acuerdo con la plataforma provincialista que rubricó Montero y que también fue impulsado por Serrano y su padrino político, Paco Reyes, secretario provincial del PSOE en Jaén y presidente de la Diputación.

Este jueves, el PSOE de Jaén ganó más peso interno al lograr arrebatar la alcaldía de la capital al PP y dar la vara de mando a Julio Millán gracias a un acuerdo con Jaén Merece Más, impulsado por Montero y Serrano

Montero no estuvo este 2 de enero en Jaén. Tampoco Serrano. Ni Espadas, una ausencia esta que sí llamó la atención de varios dirigentes del PSOE-A. El secretario regional no participó de las negociaciones con Jaén Merece Más, que fueron conducidas desde Madrid y desde la cúpula provincial. «Juan está estos días de descanso fuera con su familia. Ha estado el secretario de Organización regional, [el jiennense] Jacinto Viedma», cuentan en el equipo de Espadas, en el que recuerdan que «no solo apoya la moción de censura» que ha permitido romper la hegemonía del PP en las ocho capitales andaluzas, «sino que aplaude».

«Va a tirar ella»

En el PSOE-A se ha aquilatado, por tanto, la impresión de que el paso adelante de Montero es inminente, como manifiestan cuadros consultados de distintas provincias y de la propia ejecutiva de Espadas. Algunos, no obstante, reconocen que no tienen tan claro que la número dos del Ejecutivo vaya a dar el salto. «Hay espadas en todo lo alto. A María Jesús no le va a quedar otra si la presión sigue… pero yo a día de hoy no tengo ningún dato que me lo confirme. Pero que ella irá es la creencia, y la preferencia de muchos», indica un cualificado responsable, igual que una integrante de la dirección autonómica. «Es cierto que no ha habido ni una señal. Pero tampoco desmentidos«, explican desde un aparato provincial.

En el entorno de Espadas insisten en que la situación es la misma que hace semanas, porque no hay ningún rival que haya dado un paso al frente: «Solo hay un candidato por ahora que se presenta, y ese es Juan»

En Ferraz persiste el silencio. También en el Ejecutivo. Pero compañeros de Gabinete de Montero tienen la impresión de que «va a tirar ella«, básicamente porque «no hay otra opción». «Depende estrictamente de la decisión del presidente y secretario general del partido, y en los próximos días se clarificará», manifiesta más cauto otro ministro.

En el entorno de Espadas, por su parte, no dan más pistas de qué hará él si la vicepresidenta se lanza a la carrera. «Estamos igual que estábamos. Con un solo candidato que haya dicho que se presenta, y ese es Juan», remarcan. Otros responsables que le apoyan desaconsejan la vía Montero

El sector más próximo a la expresidenta Susana Díaz apoya tanto a Montero como a Serrano. Pero apremian a que se tome una decisión ya. «Cada día que pasa, hay cierto grado creciente de descrédito, y eso no es nada bueno. Crece el desengaño y nuestras bases están hartas. Espadas no es opción. Solo María Jesús o Juanfran pararían esa confrontación», apunta un dirigente de su entorno.

La propia Díaz ya manifestó el pasado 27 de diciembre en Espejo público (Antena 3) que «quiere mucho» y tiene «un cariño enorme» a la que fue su consejera de Hacienda durante su etapa al frente del Gobierno andaluz. Pero advirtió de que «no es justo responsabilizar ahora y ponerle a hombros de nadie» lo que vaya a ser el partido en Andalucía. La exjefa de la Junta aseguró que ella misma esperaba una salida previa de Espadas: «Ojalá lo hubiera hecho él, yo esperaba que ojalá lo hubiera hecho. Lo que pasa es que a veces no es lo que uno desea lo que se hace». Díaz marcó como prioritario «recuperar la fraternidad, el respeto entre los compañeros y el talento que estos tres años se ha expulsado fuera de la organización». Los susanistas se quejan de haber sido orillados por Espadas en estos últimos tres años, una afirmación que rebaten dirigentes de peso del PSOE-A, que recuerdan a Díaz que ella es senadora «no por decisión de las bases», sino porque la aupó Espadas para darle una salida digna tras dejar la jefatura de la federación.

Los susanistas apoyan tanto a Montero como a Serrano pero urgen a que se tome ya una decisión, porque lo contrario ahonda en el «descrédito»

«Ya queda menos«, resopla un barón provincial. Están a punto de cerrarse semanas, meses de incertidumbre y de negociaciones discretas. Ya todo queda en manos de Sánchez y de Montero. Tanto si la vicepresidenta aterriza en Andalucía o se queda en Madrid. «Quien vaya a tomar la decisión no puede esperar más —urge un dirigente que es referente en la federación—. Se ha abierto un tiempo de espera que se ha de resolver de manera inmediata. Esto no puede llegar al martes. ya son muchos días y hay que ponerse a la tarea. Tiene que haber alguien pensando, al frente del PSOE-A y tomando decisiones, organizando el trabajo en el grupo parlamentario, conformando equipos».



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