Cuando se llega a lo más alto, siempre surge una duda: ¿y ahora qué? Aitana Bonmatí la respondió con un «pues a seguir trabajando» tras firmar un 2023 único (o eso parecía) tras levantar su primer Balón de Oro. Además del The Best y muchos premios individuales, la futbolista dio un paso adelante como referente. Su nombre y su imagen irrumpieron en grandes lonas, anuncios y firmó con algunas marcas que compartían con ella valores e inquietudes. 2023 fue enorme, pero 2024 lo ha sido aún más. Con los retos que supone la grandeza y la exposición, Aitana ha conseguido mantener el foco, centrarse en el campo y disfrutar de los suyos como siempre.
Uno se podría preguntar: ¿qué retos le quedan por conseguir a Aitana Bonmatí? Desde fuera parecen pocos, por no decir ninguno, pero la futbolista no piensa lo mismo. Perfeccionista y trabajadora, la centrocampista del Barça no asume el triunfo como meta, sino como camino. «Ahora mismo le doy mucha normalidad, ¿no? Seguramente una persona que viene de fuera lo ve como algo extraordinario, pero yo, desde dentro, le doy mucha normalidad y no pienso más allá. «Seguramente cuando pasen unos años, retirada, mire atrás y le dé mucho más valor a todo esto», confesaba la mejor futbolista del mundo después de recibir su segundo Balón de Oro.
Normalidad y naturalidad
Ese día, en la Ciudad Deportiva y entre micrófonos y cámaras, se la vio muy tranquila. Lejos de esa versión más tensa de las primeras veces, Aitana ha conseguido sentirse cómoda en la incomodidad. «Cuando era pequeña también lo veía desde fuera. Desde el sofá de casa veía a Messi levantar Balones de Oro. Y era algo increíble. Pero una vez estás dentro, le das normalidad y naturalidad», añade.
Normalizar el éxito no es fácil, pero sí necesario. Ese era el gran reto para Aitana Bonmatí tras el 2023. Sus amigos y su familia han sido muy importantes para ella siempre, pero este año la han acompañado en un cambio vital importante y han sido un pilar fundamental. Pese a que ha habido momentos en los que el volumen de peticiones, de compromisos y de situaciones le podrían haber sobrepasado, su mentalidad no ha flaqueado. Ha estado muy serena, como afirman fuentes cercanas a la futbolista, «ha madurado mucho en los últimos años, sobre todo en la vertiente más psicológica y de la gestión del estrés o la presión. La gestión emocional de todos los cambios lo ha hecho con normalidad y naturalidad».
Aitana está ahora cosechando reconocimientos tras años de sacrificios y trabajo duro. La niña que jugaba con niños en el campo ahora no solo protagoniza campañas y lonas de publicidad como la estrella del fútbol que es, sino que los organismos más importantes del mundo la reconocen como tal. Aitana Bonmatí suma ya dos años ganando todos los premios individuales. Una etapa que se prolongó aún más con el The Best, que le fue otorgado hace unas semanas.
Renovación culé
Aunque, más allá de los premios individuales, Aitana cerró 2024 con la mejor notícia posible para los culés. Como mínimo, la de Ribes vestirá la camiseta del Barça hasta 2028. La renovación de la vinculación viene de la mano de una subida de sueldo que convierte a Aitana en la futbolista mejor pagada de la plantilla, sobre el millón de euros anuales. Pese a las ofertas (mucho más tentadoras económicamente), Aitana ha decidido seguir en el club de su vida y continuar siendo una de las líderes de la plantilla. Su nuevo contrato es «el mejor de la historia del fútbol femenino«, afirmaban ya cuando se rubricó la firma del documento.
El año 2024 sin duda ha sido un año excepcional para la futbolista. Tras conseguir el anhelado póquer de títulos con el equipo y los incontables reconocimientos individuales, Aitana ha vuelto a superarse. Ese siempre es su objetivo: hacerlo todo un poco mejor, aunque parezca imposible.
Gozar del fútbol
Aprovechando los días de fiestas por las fiestas navideñas, Aitana ha terminado el año con los suyos. Como ya es habitual, junto a todos sus amigos ha pasado unos días lejos de la ciudad y del campo. Bueno, menos en las jornadas mañaneras de entrenamiento que ha compartido con ellos. Porque, en el fondo, eso es Aitana Bonmatí. Disfrutar del fútbol como el primer día, gozarlo como cuando juega con sus amigos una mañana de diciembre, aunque el escenario sea San Mamés en la final más multitudinaria de la historia del fútbol femenino.
Pese a que parece que no le quedan, seguro que Aitana Bonmatí ya tiene bien marcados cuáles serán sus retos para este 2025. Un año que, sin duda, promete.