Pareciera que el regidor de Benalmádena creyese que está llamado por el destino a que su paso por la alcaldía quede patente ante la historia local con un reguero de firmas a su paso. Da igual que firme las banderas, costosas enseñas, que regala a colectivos y personalidades, como que ahora, en un alarde aun más acendrado de protagonismo personalista, firme hasta las placas de inauguración oficial, algo inaudito y jamás visto. Como un recuerdo de aquel “queda inaugurado este pantano”, Juan Antonio Lara, el alcalde de los “caprichos, firma, eso sí, con láser, las placas que habitualmente sirven para recordar la fecha en la que se puso en marcha un servicio municipal o en el que se apertura un edificio público.

“Con láser y a loco”, Lara lleva firmadas 10 placas a un coste de casi 600 euros, unos simples rótulos de 420x297x 2 mm., fabricados en acero inoxidable, lacadas y perforadas con láser. Aun le queda un tramo de placas por rubricar para llegar a la ingente cantidad de banderas que se adquirieron por valor de 50.000 euros. Hasta el momento (toquemos madera de austeridad) se lleva gastados en placas de inauguración -algunas almacenadas pendientes del gran día de ser erigidas- 10.000 euros aproximadamente en estos elementos que, en los ayuntamientos y centros oficiales, sirven para recordar un hito inaugural, pero en Benalamádena cumplen la doble misión, la propia y pública y la personal y napoleónica del alcalde del PP.

El Ayuntamiento ha gastado hasta la fecha 5.808 euros en dichas placas conmemorativas. La excusa dada por el alcalde, Juan Antonio Lara, para “inaugurar los centros en los que se han ejecutado obras”. Llama la atención, por un lado, el coste tan alto de cada placa. Pero no es menos curioso, como reseña el digital local Olebenalmádena.com, “el imperativo de compra puesto que, se da a entender, que en Benalmádena no se prevé reservar esta distinción tan significativa, la de la placa, para inaugurar nuevas edificaciones, sino que a lo que se aspira es a colocar un nuevo rótulo -con un coste de casi 600 euros por unidad- junto a las placas inaugurales ya existentes, cuando se ejecute algún tipo de trabajo de mejora. O lo que es lo mismo, para reinaugurar inmuebles ya en funcionamiento en nuestro municipio, como ocurrió este mes de julio de 2024 con el Centro de Historia, que lleva abierto a la ciudadanía desde 2022”.

Lo cierto es que se han adquirido 10 placas, con un coste de 580 euros por unidad con cargo al presupuesto municipal, o lo que es lo mismo, placas con la firma del alcalde que abonan de su bolsillo los ciudadanos y ciudadanas de la localidad. Las características de dichos elementos también llaman la atención pues están fabricadas en acero inoxidable. Sus medidas son 420x297x2 milímetros, compuestas de dos placas de un milímetro de espesor y pegadas entre sí. Una de las placas llevará la inscripción, que se le facilite a la contrata, mediante perforado con láser y la otra irá lacada en negro para destacar los textos.

El Ayuntamiento ha propuesto a un único proveedor porque “se ajusta al diseño requerido de placa y es el que se ha podido localizar, que cuenta con los útiles precisos para realizar estos trabajos, además de adaptarse a los plazos requeridos”.

Caprichos “porque dan suerte”

El digital señala como al revisar las últimas placas de esta índole que se han colocado en el municipio, como por ejemplo la ubicada en el exterior del yacimiento anexo al Centro de Historia, en el centro Innova o la biblioteca pública -cuyo coste habría que sumar a las actuales, aunque no se ha podido acceder a la cuantía exacta que probablemente esté incluida dentro del proyecto de obras-, se intuye que no faltará la firma del alcalde, Juan Antonio Lara, que viene incorporando su rúbrica incluso en la bandera de Benalmádena, según él, “porque da suerte”, un obsequio que ha incorporado incluso en la reciente celebración del Festival de Cine de Benalmádena (Ficcab). Y eso que, repartir “suerte” no sale nada barato a las arcas municipales, que desembolsaron 50.000 euros hace un año para la compra de banderas.

Almacenado se halla un lote de diez placas aguardando que llegue el “gran momento” de ser colocadas para reinaugurar edificios en los que se realice alguna suerte de obra, más allá de su dimensión o importancia.

Irónicamente se señal desde “OléBenalmadena” que de continuar así el fervor firmante del acalde, llegará el día “en el que haya zonas en Benalmádena con más placas con nombres de alcaldes que farolas, en una gigantesca demostración de megalomanía pagada, eso sí, por todos los contribuyentes”. Una afición del regidor que califican de torrentesca realidad.

Siendo una auténtica frivolidad política los usos que del dinero público hace este equipo de Gobierno, lo grave es que se trata de un ejecutivo municipal y de un alcalde que recorta de todo sin dinero para necesidades más perentorias de la ciudadanía, dilapidando ahora 6.000 euros con el objeto tan ridículo como déspota de dejar estampada su firma por medio Benalmádena

Detrimento de lo social en favor del protagonismo del alcalde

Quienes son conocedores del discurrir político de la ciudad, critican que el regidor napoleónico esté más preocupado en diseminar su rúbrica personal por las calles que en documentos importantes y necesarios para el futuro de Benalmádena y para la calidad de vida de los benalmadenses. Prueba de ello son los poco sociales presupuestos de 2024 y los recortes y hachazo ejercidos a los del año 2025.

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