Icíar volvía a ‘First Dates’ tras una cita en la que no encontró a su media naranja. La soltera vasca seguía trabajando de azafata y explicó a Carlos Sobera que no ha había encontrado el amor. «En el amor me ha ido de mal en peor». «Aquí estoy para otra lloradita, la última vez te dije que buscaba un hombre como mi gato, ahora busco a un hombre con valores», relató la de Guipúzcoa al presentador. «Estoy aburrido de los hombres básicos».
Tras su reencuentro con Sobera era el momento de presentar a Santi, un joven argentino afincado en Tenerife que llegaba a ‘First Dates’ por primera vez. «Bueno, está bien«, declaraba Icíar nada más ver a su cita. «Es muy atractivo, está muy bien cuidado». La soltera le dijo que le encantaba irse a bucear por las Islas Canarias, algo que encadiló a su pretendiente.
Tras conocerse llegaba el momento de sentarse a cenar. Rápidamente, la atracción entre los protagonistas era evidente. «Me pierdo por un momento porque tienes los ojos muy bonitos». La protagonista desveló que trabaja de azafata, algo en lo que coincidió con su cita, ya que Santi era camarero en un bar del aeropuerto de la isla. Por su trabajo, el tema de la distancia puede ser un problema para Icíar, pero lo que gusta es volar. «Nunca viví una relación a distancia, pero si hay algo que une a dos personas es que a pesar de esa distancia se quieren como les pasó a mis abuelos», desvelaba Santi a su cita.
Los dos solteros pasaron al reservado tras la atracción física que se veía durante toda la cena. «Me parece un sitio muy cómodo, quieres que probemos suerte». Santi cogió un papel en el que ponía «dale a tu cita un beso con mordisco». El soltero no sabía por donde empezar y preguntó a Icíar. «El que tienes que llevar la iniciativa, eres tú», respondió directa la guipuzcoana. «Yo voy fuerte, aviso». Sin pensárselo, el soltero se tiró de cabeza hacia la boca de la soltera para besarse y desatar la pasión entre ellos. «El primer mordisco te lo dado yo«, declaraba Icíar tras besarse.
«Podría ser probadora de sofás de las discotecas», explicaba Icíar cuando Santi le preguntó si le gustaba la noche. «Me encanta la relajación», desveló el argentino, algo que ponía de los nervios a su cita.
La decisión final
Tras una cita donde la atracción fue evidente entre los solteros y donde el reservado tuvo un papel fundamental para que Santi e Icíar desataran la pasión que sentía el uno por el otro, era evidente que los dos querían tener una segunda cita para terminar de saber si eran perfectamente compatibles. El programa explicaba al final que los dos protagonistas a pesar de la distancia que los separa «cuando se encuentran, se para el mundo».