Las emisiones derivadas de la industria del turismo, ya sea relacionadas con el transporte aéreo o con otras actividades asociadas a este sector, se han multiplicado exponencialmente en la última década y en estos momentos ya suman un 8,8% del cómputo global de gases que sobrecalientan el planeta y desencadenan la crisis climática en todo el mundo. Este es el mensaje de alerta que lanza una investigación publicada este martes en la revista ‘Nature Communications’ en la que se presenta uno de los análisis más exhaustivos hasta la fecha sobre la huella de carbono derivada del sector turístico global. Según denuncian los investigadores que han liderado este trabajo, las emisiones de este sector están aumentando a un ritmo del 4% anual en un momento en que, tal y como se constata en el Acuerdo de París, deberían reducirse a una tasa del 10%. «De seguir así, las emisiones del turismo se duplicarán cada 20 años», afirman.
La tasa de emisiones del conjunto de la economía aumenta a un ritmo del 1,5% anual mientras que la del turismo crece a una velocidad del 3,5%
El trabajo, firmado por una decena de centros de investigación internacionales y encabezado por la Universidad de Queensland, toma como punto de partida la huella de carbono derivada de actividades turísticas en más de 175 países en los últimos diez años. Entre estas se incluye, por ejemplo, las emisiones derivadas del transporte por avión o carretera, el aumento de consumo asociado a la llegada de turistas y, en general, la huella de todas aquellas infraestructuras y actividades relacionadas con este sector.
Si el sector turístico fuera un país, sus emisiones multiplicarían por cinco las de Francia y por mil las de las islas Fiji, según el estudio
Según estima este análisis, el sector ya emite más de 5,2 gigatoneladas anuales de gases de efecto invernadero a la atmósfera y está creciendo al doble del ritmo que el conjunto de la economía global. Hoy por hoy se estima que la tasa global de emisiones, lejos de reducirse, está aumentando a un ritmo del 1,5% anual mientras que la del turismo crece a una velocidad del 3,5%.
El análisis también concluye que la mayoría de las emisiones derivadas del turismo, más del 75% del total, se concentran en tan solo 20 países. La lista la encabezan Estados Unidos, China y la India, a quienes se les atribuye más de la mitad del incremento de las emisiones detectadas en la última década. En el ránking de países que más contribuyen a la huella de carbono del turismo también destacan casos como los de Reino Unido, Alemania, Francia y España.
El 75% de las emisiones del turismo se originan en 20 países, entre los que destacan Estados Unidos, China y la India
En el caso español, los registros indican que la huella del turismo nacional suma el 1% de las emisiones globales de este sector. La mayoría de estas emisiones están directamente relacionadas con los trayectos aéreos hacia estos destinos, ya sea para pasajeros o para productos (como, por ejemplo, «para transportar trufas frescas recolectadas en Francia hacia Australia», tal y como cita el estudio).
Glosario de soluciones
Si el sector turístico mundial fuera un país, este contaminaría cinco veces más que Francia. O mil veces más que todas las islas Fiji. Estas son solo algunas de las comparaciones que presenta el estudio para entender la magnitud del problema y, sobre todo, la necesidad de encontrar soluciones.
Los expertos afirman que los principales impulsores del aumento de las emisiones de este sector son «el rápido crecimiento de la demanda turística» y, sobre todo, «la lentitud con la que se desarrollan y aplican medidas para reducir la huella de carbono de los distintos sectores». En este sentido, los científicos afirman que «los operadores turísticos podrían recurrir a fuentes de electricidad renovable para el alojamiento, la alimentación y las actividades recreativas» y «apostar por los vehículos eléctricos para el transporte».
El otro gran desafío es el del transporte aéreo, el sector cuya huella de carbono más ha aumentado en los últimos años. Según argumenta Sun, la investigadora que ha liderado este trabajo, una de las principales recomendaciones para minimizar las emisiones del sector sería «reducir el volumen de vuelos de larga distancia». También se han propuesto medidas como, por ejemplo, crear impuestos específicos para las emisiones derivadas de la aviación, diseñar presupuestos de carbono para limitar las emisiones de cada persona y obligar a las empresas a utilizar combustibles alternativos para sus aviones. Colectivos activistas como Greenpeace abogan por empezar este proceso cortando drásticamente los trayectos en jet privado, lo que ellos definen como la «huella de lujo», así como imponiendo impuestos específicos para este sector.
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