Cinco años y medio de intenso trabajo junto al Sena culminan este sábado en París una gesta que parecía imposible: reabrir Notre Dame en tiempo récord y devolverle su esplendor. El mal tiempo, sin embargo, ha obligado a adaptar las celebraciones a última hora y mover todos los actos al interior del templo. La catedral reabrirá para acoger a decenas de líderes procedentes de todo el mundo en el marco de una acto ceremonial presidido por el arzobispo de París, Laurent Ulrich, cinco años después de que se produjera el trágico incendio, en un esperado evento que discurrirá ante la atenta mirada de una Francia sumida en la incertidumbre política. La ceremonia incluirá discursos tanto del presidente de Francia, Emmanuel Macron, como del propio Ulrich. Macron se dirigirá así a un gran número de figuras relevantes a nivel internacional, así como altos cargos y funcionarios franceses, en un momento de creciente ten