¿Maik o Mike?
Buscábamos un nombre que estuviera libre en YouTube, Spotify, Instagram y Facebook, y es muy complicado. Así fue como decidimos escribir Mike como suena, Maik, y tener el dominio en todas las plataformas con el mismo nombre.
¿Qué hace único a Maik Marel?
La combinación de tantas cosas que llevo dentro. Yo estudié en el Conservatori, vengo de la música clásica, pero es cierto que desde pequeño he escuchado estilos muy dispares. Hay una parte de mí que es muy romántica, muy de Luis Miguel, Alejandro Sanz, Luis Fonsi, David Bisbal, de baladas súper dramáticas y profundas; y otra parte que es más de Estados Unidos, de Asher, Bruno Mars, Chris Brown, gente que hace un sonido completamente diferente. Si a todo eso le mezclas el carácter especial que tenemos la gente de la isla, y que he crecido en Son Gotleu, el resultado final es bastante peculiar.
¿Cómo fue su infancia en un barrio como el de Son Gotleu?
Pasé mucho tiempo en las calles, jugando a fútbol con otros niños o a cosas que nos inventábamos para no aburrirnos, y ahí fue donde nació un poco mi pasión por la música. Cuando tenía 7 años mi padre me regaló un teclado pequeñito, un Casio, y empecé a imitar todos los sonidos que escuchaba, hasta que me hice con un piano grande, ya en el Conservatori. Ahora vivo en el Rafal, pero mis padres siguen en Son Gotleu, al frente de una papelería. Los mejores recuerdos que tengo del barrio es que siempre había vida, daba igual la hora que fuera, podías pasar la tarde de una forma divertida, algo que creo se ha perdido a día de hoy; todos los niños están en su casa con la consola o conectados al TikTok. Lo que más detesto es la cantidad de conflictos y violencia que hay cada vez más en las calles. Estamos involucionando en este sentido, cada vez se ve a gente más agresiva a más temprana edad.
¿Sus padres fueron determinantes en su formación musical?
Mis padres no me incitaron a la música pero sí que me ayudaron. Siendo niño, si se me atascaba alguna melodía mi padre, que tenía sentido musical, siempre me ayudaba. Con 12 años, cuando empecé en el Conservatori, también me apoyaron en todo. En mi familia hay antecedentes musicales: mi abuelo fue músico, era militar y tocaba la trompeta y la trompa.
No nos conocemos pero creo que la humildad es una de sus virtudes.
Mis padres me educaron así. Al crecer en Son Gotleu siempre me relacioné con gente de distintas clases sociales. Yo sigo siendo ese niño que no hacía de menos a nadie por la capacidad material que pudiera tener esa persona sino simplemente por si me caía bien o no.
Qué mejor manera que presentarse con un Hola, su primer single.
Sí. Buscaba una palabra bonita, que transmitiera alegría, positividad, y que a la vez el público internacional, al tratarse de una colaboración con un DJ sueco [Alex D’Rosso], la entendiera, que gente que no hablara español supiera lo que significaba. En ocasiones lo sencillo resulta lo más complicado. Cuando me vino la palabra ‘hola’, en una de esas tardes de «rayaduría» en el estudio, fue como que me vino la luz.
El videoclip de Hola ya es viral: más de 600.000 reproducciones en un mes en YouTube.
No me esperaba esta respuesta. Cuando estoy en el proceso creativo intento focalizarme solamente en eso, en la responsabilidad como artista que tengo, de hacer algo bonito y que pueda transmitir algo, en este caso alegría, buen rollo. Uno no puede responsabilizarse de los números, al final eso es algo que decide la gente. A día de hoy damos mucho valor a la persona en base a los números, y yo sigo siendo la misma persona que hace dos meses. Estoy contento, ha ido bien, pero no trato que ese éxito que ha tenido esta primera canción me defina a mí como persona.
Detrás de un éxito en ocasiones hay un padrino, o alguien poderoso. ¿No sé si es su caso?
Hace más de un año y medio conocí a mi mánager, a través de un amigo, que le enseñó alguna de mis canciones que yo tenía grabadas. Hablamos en profundidad y me dijo que trabajaba sobre todo con artista suecos y estaba buscando uno español. Así empezó todo. Pasado un tiempo estábamos grabando en París, Madrid y Barcelona, con productores supertop. Ahí empecé a ver que era algo real, y no una utopía como decían mis amigos y allegados. ¿Te estás escuchando?, ¿esto no pasa en la vida?, me decían.
¿En qué estilo enmarcaría su canción?
En el género del afrohouse, que viene del house clásico. Se le han mezclado aspectos del sonido africano tradicional. El resultado final, en cuanto al sonido, sorprende, al ser fresco en la industria actual, pero creo que funciona muy bien. Una de las cosas más divertidas que tiene la música es la posibilidad de combinar diferentes géneros y estilos. Como artista me encanta experimentar y hacer cosas nuevas. Seguramente en el futuro haga algo más afrohouse pero también otros géneros. A mí me gustan mucho las baladas, aunque sé que no es lo más comercial del mundo.
¿Las historias de amor son las que más le seducen a la hora de ser cantadas?
Sí. Creo que es un sentimiento muy universal y eso hace que fácilmente alguien pueda empatizar contigo. El amor y el desamor, en mayor o en menor medida, condiciona la vida de muchos de nosotros, el amor está en todas partes.
¿En qué formato podemos encontrar su primer trabajo?
En formato digital. La distribución de Hola la ha hecho Warner Suecia, país natal del productor, Alex D’Rosso. De momento trabajamos con singles, el año que viene podría ser que vinieran cosas diferentes. Ni yo lo sé ni gran parte de mi equipo lo sabe.
¿Cuáles son los países donde mejor está funcionando?
El top 5, por orden, sería España, Colombia, México, Ecuador y Estados Unidos. Ahora mismo estoy volcando en la promoción, una auténtica locura. Los primeros tres días hice 33 entrevistas.
¿Ya tiene el mono de escenario?
Es la parte más bonita, junto a la de creación. Cuando tienes a una persona delante todo es mucho más especial, hay un intercambio de energía que no te lo da la pantalla. Los números son muy fríos, tu puedes ver que hay mucha gente que ha visto el videoclip pero al final solo estás viendo una pantalla y un número. A día de hoy todo lo cuantificamos, y eso es algo de lo que trato de huir. Cantarle a una sola persona y conectar con ella, también es un momento mágico.
¿Cuándo fue la última vez que cantó en directo?
La última vez que me subí a un escenario fue este verano, en Son Fusteret [con El verano de tu vida, junto a King Africa y Selena, entre otros], ante 5.000 personas. No sé cuándo será la próxima vez. Me queda el mes de diciembre de promoción. Ahora también estamos buscando un segundo single e ideando la estrategia de sacar Hola en inglés. Haremos la presentación en una de las radios más importantes de España, y en principio también se involucrarán en el proyecto, a nivel de actuaciones y demás. Es una puerta muy grande que se me ha abierto. En la industria musical parece que llegas tarde a todo. Todo sucede tan rápido, y hay que estar preparado.