Existen muchas razones para temer que el inminente alto el fuego con los terroristas de Hezbolá, aceptado por Israel, sea un mal acuerdo. Hay numerosos factores que podrían salir mal, y no hay garantías de que la tranquilidad prometida sea duradera. Sin embargo, el acuerdo al que ha llegado el primer ministro Benjamín Netanyahu probablemente sea el mejor que Israel pueda obtener en las circunstancias actuales. Incluso los críticos de la decisión deben reconocer que el Estado judío no ha salido de las negociaciones con las manos vacías, sino que ha logrado avances reales. Después de un año de sufrir ataques incesantes contra sus comunidades del norte, que comenzaron el 8 de octubre, un día después de las masacres lideradas por Hamás en el sur, Israel finalmente ha obligado a Hezbolá e Irán a retroceder en su determinación de continuar disparando mientras Hamás siga combatiendo en Gaza  Este aislamiento de Hamás, que hace que sus esfuerzos por sostener la guerra contra Israel iniciada el 7 de octubre de 2023 sean mucho más precarios, representa una victoria para el Estado judío. Asimismo, los ataques israelíes contra Hezbolá durante los últimos dos meses han degradado significativamente la capacidad del grupo para causar daño en la región. Esto supone una derrota para Irán, que había esperado que la guerra de siete frentes contra Israel que incitó pudiera prolongarse indefinidamente, debilitando al país y minando la determinación de sus ciudadanos. En cambio, ellos son… Leer más

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