La verdad sea dicha, no tenía muchas ganas de escribir sobre fútbol y, me van ustedes a perdonar, pero no lo voy a hacer, como excepción, como extraordinarios son los momentos en que vivimos. Sí, el cuerpo me pide hablar de la DANA, o mejor dicho de sus consecuencias, físicas y mentales. Estando en la zona norte, la prácticamente intocada por el fenómeno meteorológico, que ha sin embargo arrasado l’Horta Sud y otras zonas, como Utiel, Requena o Chiva, mi sufrimiento es casi inexistente, comparado con los que han perdido todo. Pero, tengo una amiga que ha tenido que enterrar a su madre, tras tres días sin poder sacarla de casa, como tengo otros que han salvado por los pelos a sus progenitores.

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