No hay consuelo para tanta tragedia, pero como pasó con la pandemia queda el refugio del fútbol, ya saben, la cosa más importante de las menos importantes. Hemos visto a damnificados y voluntarios con la mejor camiseta posible, la de la solidaridad. Además de los grandes, ha sido un carrusel de equipos de base de todas las disciplinas que se han organizado de inmediato para atender las primeras necesidades de los damnificados. Hay mucho por reconstruir y pasarán semanas para que vuelva la normalidad de los entrenamientos y competiciones. Me consta que la mayoría de entrenadores están preparados para insistir en la mejor lección deportiva, lo importante es participar.
Hace poco más de un mes estuve por Bugarra y me sorprendió gratamente su coqueto campo de fútbol junto al río Turia. Se llama El Molino y es de césped artificial, como la mayoría. Me gusta contemplar terrenos de juego del fútbol auténtico. Luego supe que el Club Deportivo Bugarra juega en el Grupo 6 de la Tercera FCVV, la más popular y numerosa. Pues el ‘Burrucha’ se ha quedado sin campo tras la histórica riada, como muchos otros, lo sé. También que la Federación Valenciana está haciendo mucho por todos los clubes afectados, y que cualquier ayuda es bienvenida. La catástrofe está sacando lo mejor de nosotros.
Este parón no programado ha colapsado tantas vidas y rutinas que costará recuperarse física y mentalmente. Seguro que ‘amunt!’ ha sido, junto con ‘ànim’, las palabras más vistas y escritas en nuestras mensajerías móviles. Las palabras importan y ese ‘amunt’ esconde tantas buenas acepciones, que hay que repetirla tantas veces como sea preciso a lo largo del día y de la noche.
Centrémonos en lo importante. El Valencia y Levante deben acoger en el próximo partido en sus estadios a las plantillas de los equipos más afectados y hacerlos salir al centro del campo, al mismo tiempo que ofrecer los campos de Paterna y Buñol a los que se han quedado sin estadio para que la competición continúe. Lo mismo el Valencia Basket. Son los tres clubs de referencia de fútbol y baloncesto, con más repercusión pública y señeros en las dos disciplinas con más federados en la zona más afectada por la DANA.
Como dijo una vez el mítico Juan Román Riquelme cuando tuvo que mediar como presidente de Boca Juniors entre su hinchada y las fuerzas de seguridad: “tener poder es que te quieran”. El fútbol como la vida es una montaña rusa que encierra todas las emociones posibles, y ahora hay que subirse a la ola buena, recoger las muestras de apoyo recibidas, organizar todos los actos benéficos que sean necesarios y volver lo antes posible a los entrenamientos y a la competición.
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