Lewis Hamilton vivió una ‘montaña rusa’ en el Gran Premio de Brasil. El domingo, pasó de experimentar una sensación única e inolvidable al poder pilotar el mítico McLaren de Ayrton Senna ante el delirio de los aficionados locales, a terminar en la décima posición la carrera con su Mercedes W15, muy lejos de la lucha de cabeza en la que sí estuvo su compañero George Russell. Al despedirse, el heptacampeón británico fue muy crítico con el equipo.

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