Lewis Hamilton vivió una ‘montaña rusa’ en el Gran Premio de Brasil. El domingo, pasó de experimentar una sensación única e inolvidable al poder pilotar el mítico McLaren de Ayrton Senna ante el delirio de los aficionados locales, a terminar en la décima posición la carrera con su Mercedes W15, muy lejos de la lucha de cabeza en la que sí estuvo su compañero George Russell. Al despedirse, el heptacampeón británico fue muy crítico con el equipo.
Hamilton , que el próximo año iniciará una nueva aventura en Ferrari, busca concluir su etapa en Mercedes de la mejor forma posible, pero viendo sus últimos resultados no parece que lo vaya a conseguir.
» No estoy peleando por el campeonato, realmente no importa en qué lugar terminemos en el campeonato. No me importa si termino delante de George o detrás de George, no me hace una gran diferencia. Solo quiero mantener el coche fuera del muro y tratar de anotar puntos para el equipo si puedo», señaló Lewis tras la carrera.
«Ayer fue terrible, hoy fue terrible. La clasificación fue mala, la carrera sprint fue mala. El coche ha estado mal todo el fin de semana», insistió el británico sobre el rendimiento de su coche en São Paulo. «
Las evoluciones que Mercedes introdujo en Austin no han funcionado en su caso y Hamilton aseguró que el coche de Interlagos fue «el peor que he conducido en mi vida». Y lo que es peor, advirtió que desconocen cuál es el problema del coche y tiró de ironía al ofrecer una recompensa a quién lo averigue: «¿Por qué el coche es tan malo. Esa es la pregunta del millón de dólares. Si puedes encontrar la respuesta, te daré un millón de dólares», le dijo al periodista que le formuló la pregunta.
Con todo, Hamilton quiso marcharse con mejor sabor de boca y valoró la oportunidad de subirse al McLaren de 1990 de Senna. «Bueno, la carrera fue una porquería, pero conducir el coche de Senna fue lo mejor de todo», apuntó.
«Aún así, estoy feliz y agradecido de haber tenido esa experiencia aquí en Interlagos. Un recibimiento increíble de los fans. Han sido increíbles este fin de semana. Los fans llegaron, creo, a las 3 de la mañana al circuito. Así que un compromiso increíble por su parte», celebró.
Un momento mágico que sin embargo no sirve de bálsamo para la «terrible» situación que atraviesa Hamilton en la recta final de su etapa con Mercedes, escudería con la que logró seis de sus siete títulos mundiales. «Pongo ya mi enfoque en otras cosas», reconoció este domingo el británico, que ya mira de reojo al box de Ferrari.