- Prudencia antes del aviso rojo
- Un diluvio que no se produjo
- La falsa alarma en Madrid
- Madrid pidió “afinar más” a la AEMET
- Retraso con las alertas en Valencia
- Se llegó tarde con el SMS a la población
- Sin aviso pese a decretar el nivel 2
- Cuatro avisos rojos tras la catástrofe
La DANA que este martes devastó amplias zonas de la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, dejando por ahora más de 155 víctimas mortales, no recibió la máxima calificación en el Sistema Nacional de Protección Civil. La falsa alarma de diluvio en Madrid hace un año provocó esta vez el retraso y la rebaja de las alertas en Valencia.
El Ejecutivo valenciano decretó el nivel 2, que implica solicitar el auxilio de los medios del Estado, pero sin renunciar en ningún momento a dirigir el operativo.
Prudencia antes del aviso rojo
Fuentes internas de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) reconocen en privado a Confidencial Digital que les “tiembla” la mano antes de emitir un aviso rojo, el máximo, porque son “extremadamente prudentes, rigurosos y conscientes” de sus repercusiones a todos los niveles, entre ellas la movilización de Protección Civil, que es quien decreta las alertas y pone en marcha los planes de prevención ante un fenómeno excepcionalmente peligroso como la DANA que ha azotado España y deja por ahora 155 muertos.
En situaciones como la de estos días en el Levante, la cadena comienza con un predictor de zona -España está dividida en siete-, que evalúa la situación y que trabaja a turnos de 12 horas. Por encima, hay otro que se encarga de la coordinación nacional. Y, por encima, un jefe de turno, que supervisa todo el trabajo diario.
Cuando se trata de avisos rojos, aún queda un cuarto implicado en la toma de decisiones coordinada, el responsable del sistema nacional de predicción, que puede ratificarlo o no. De hacerlo, informa al presidente de AEMET y al director general de Protección Civil.
A su vez, el máximo responsable de la agencia lo eleva al Gobierno central y se producen múltiples comunicaciones de los mandos de la agencia antes, durante y después del aviso con las autoridades y servicios de emergencia locales, regionales y nacionales.
Un diluvio que no se produjo
Fuentes de los servicios de emergencias admiten ahora a ECD que la falsa alarma de diluvio en Madrid, en septiembre de 2023, retrasó esta vez las alertas en Valencia por la DANA.
Hay que recordar que la tormenta cayó entonces a unas decenas de kilómetros al oeste y en la capital de España solo se registraron 36 litros por metro cuadrado. Esta semana, no se quería repetir el error de generar una alarma innecesaria entre la población.
La AEMET pronosticó hace un año un violento episodio tormentoso en Madrid que no se produjo, lo que ha provocado ahora que Protección Civil y la Generalitat Valenciana no lanzaran antes el aviso a los teléfonos móviles de la población para que se quedaran en casa.
La falsa alarma en Madrid
Hay que recordar que la AEMET temía que el cielo se rompiera sobre la Comunidad de Madrid el 3 de septiembre de 2023, especialmente en el suroeste, pero también en el área metropolitana, que concentra a 7,3 millones de personas. Iba a ser un diluvio de consecuencias potencialmente catastróficas.
En la capital, muy poco habituada a lluvias fuertes y mal preparada para ellas, jamás han caído más de 87 litros por metro cuadrado en un día desde que hay registros y se preveían al menos 120.
Además, en 1971, cuando se produjo este récord, la ciudad era otra. En la actual, mucho más poblada, apenas 25 litros -15 por debajo del aviso mínimo, el amarillo- suelen dejar bocas de metro convertidas en cascadas y vestíbulos, en piscinas, túneles anegados y calles y accesos inundados.
Madrid pidió “afinar más” a la AEMET
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, recomendó ese día a los madrileños que se quedaran en casa y a la hora de comer un pitido persistente sobresaltó a los madrileños. Era la primera alerta a móviles de Protección Civil en la comunidad autónoma.
Pero la capital se libró finalmente del desastre y el alcalde pidió entonces a la Agencia Estatal de Meteorología, que depende del Ministerio para la Transición Ecológica, que “afinara más” por los perjuicios que causa un aviso rojo que, a posteriori, puede parecer fallido e innecesario. Ese día no llovió en Madrid a la hora del aviso rojo y el estupor se extendió entre la población.
Retraso con las alertas en Valencia
En el caso ahora de la Comunidad valenciana, a las 7:30 de la mañana del martes, la AEMET difundió una alerta roja por lluvias torrenciales en el litoral y el interior de la zona norte de la provincia de Valencia.
Hacia las 13:00, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, subrayaba las “preocupantes alertas” de la AEMET y Protección Civil, mientras el presidente valenciano, Carlos Mazón, auguraba -en un tuit que después fue borrado de su cuenta oficial- que el temporal se estaba desplazando hacia la sierra de Cuenca y sobre las seis de la tarde disminuiría su intensidad en el resto de la comunidad.
Pese a ello, la Generalitat valenciana decretó el nivel 2 de emergencia en las comarcas de Utiel, Requena y La Plana a las 15:00. Y a las 19:15 elevó toda la provincia a ese mismo nivel.
Se llegó tarde con el SMS a la población
No fue, en cambio, hasta las 20:00 cuando el Gobierno autonómico lanzó una alerta a la población en sus móviles a través del sistema Es-Alert; el mismo que el Ejecutivo madrileño empleó en septiembre de 2023 para avisar de un diluvio que nunca tuvo lugar.
Aún pasaría más de media hora hasta que, a las 20:30, la Generalitat valenciana solicitó la intervención de la UME (Unidad Militar de Emergencias),
Los militares, que estaban prealertados, enviaron casi de inmediato un equipo de reconocimiento, pero para esa hora muchas carreteras estaban ya cortadas y el acceso a las localidades más afectadas por la riada resultaba imposible. La caída de la cobertura de telefonía móvil complicó aún más su actuación.
Sin aviso pese a decretar el nivel 2
El sistema español de protección civil prevé tres niveles de emergencia: el 1, el más bajo, se aplica cuando se producen daños “en zonas localizadas” que pueden ser controlados mediante el empleo de los medios y recursos disponibles en las mismas. En función del ámbito territorial al que afectan, se activa el plan de emergencia local, municipal o autonómico.
Decretar el nivel 2, como hizo el Gobierno valenciano a primera hora de la tarde del martes, supone reconocer que los daños causados por la emergencia “superan la capacidad de atención de los medios o recursos disponibles y que se prevé una extensión o agravación significativa de los mismos”.
En ese caso, la comunidad autónoma puede solicitar “la incorporación de medios estatales” al dispositivo de emergencia, pero la dirección y coordinación de todos los recursos sigue en manos del Ejecutivo autonómico.
Cuatro avisos rojos tras la catástrofe
La virulencia de la DANA ha obligado ya después a AEMET a lanzar cuatro avisos rojos en tres días, algunos por cantidades de agua no previstas: el martes en Valencia y Málaga, el miércoles en Cádiz y el jueves, en Castellón.
En el cuarto día de azote de la DANA, que ha provocado la peor catástrofe natural en España en lo que va de siglo con 155 muertos y decenas de desaparecidos, la situación “sigue siendo complicada”, según insiste la AEMET, que mantiene a seis comunidades bajo aviso, que es naranja -el segundo nivel de tres- en Andalucía, Aragón, Cataluña y Comunidad Valenciana y amarillo -el más bajo- en Castilla y León, Extremadura y Ceuta.
Ya no hay ningún aviso rojo, la alerta máxima, que se levantó a primera de la tarde de este jueves en Castellón.