El oro ha subido un 0,7% este miércoles y ha vuelto a renovar sus máximos históricos, consiguiendo además romper por primera vez la barrera de los 2.800 dólares por onza.

David Morrison, analista senior de mercados en FCA, destaca que el impulso para el metal precioso «se mantiene al alza, aunque por debajo de los niveles de sobrecompra observados a finales de septiembre», y añade que «hay menos espacio en comparación con mediados de octubre».

«Todos los promedios móviles están acumulados de manera alcista, con el de 50 días por debajo del de 20 días y el de 100 días cómodamente por debajo de ambos. La última vez que los tres convergieron fue a mediados de febrero, justo antes del inicio de esta etapa del repunte, cuando el oro cotizaba por debajo de los 2.000 dólares la onza. Entonces, todo parece un caos para los alcistas, y eso también significa que es hora de ser extremadamente cautelosos», señala.

Por su parte, Bas Kooijman, director general y gestor de activos de DHF Capital, asegura que los aumentos en el precio del oro se vieron «impulsados ​​por la fuerte demanda en medio de la incertidumbre mundial«.

«Las elecciones presidenciales en curso en Estados Unidos han introducido una prima de riesgo en los mercados, particularmente a medida que Trump gana apoyo, lo que genera preocupaciones sobre los aranceles, la inflación y las cuestiones fiscales. Además, las tensiones geopolíticas continúan reforzando el estatus del oro como activo de refugio seguro», detalla.

Además, también se muestra optimista sobre las perspectivas a futuro del oro, y asegura que las condiciones actuales de mercado «podrían potencialmente respaldar un crecimiento constante del oro hacia el nivel de 3.000 dólares por onza en 2025«.

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