La economía de la zona euro registró en el tercer trimestre del año una expansión del 0,4%, el doble del ritmo observado en los tres meses anteriores y por encima de las expectativas del consenso del mercado, mientras que en comparación con el mismo periodo de 2023, el crecimiento anual fue del 0,9%, según el dato preliminar publicado por Eurostat.
En particular, la economía de Alemania ha sorprendido con un crecimiento del 0,2% en el tercer trimestre, tras la contracción del 0,3% de los tres meses anteriores. De este modo, el país germano ha logrado ahora esquivar la recesión técnica (al no acumular dos trimestres en negativo), en contra de las expectativas de buena parte de los analistas.
En el conjunto de la Unión Europea, el crecimiento del PIB entre julio y septiembre se mantuvo estable en el 0,3%, mientras que, en comparación con el mismo trimestre del año anterior, el PIB desestacionalizado aumentó también un 0,9%.
Entre los Estados miembros para los que se disponía de datos para el tercer trimestre de 2024, Irlanda (2%) registró el mayor aumento en comparación con el trimestre anterior, seguida de Lituania (1,1%) y España (0,8%). Por contra, se registraron descensos en Hungría (-0,7%), Letonia (-0,4%) y Suecia (-0,1%).
Las tasas de crecimiento interanual fueron positivas para siete países y negativas para seis.
Entre las mayores economías de la eurozona, además de España, Alemania registró una expansión en el tercer trimestre del 0,2%, mientras que en Francia el PIB creció un 0,4%, el doble que en el segundo trimestre. En el caso de Italia, la economía se estancó en el trimestre, después de la expansión del 0,2% de los tres meses anteriores.
España, motor de crecimiento
En este sentido, desde ING Research, Bert Colijn, advierte de que el crecimiento subyacente sigue siendo lento y la aceleración del tercer trimestre reflejó factores extraordinarios como la evolución del PIB de Irlanda, marcada por los resultados de multinacional, así como por la contribución de los Juegos Olímpicos al repunte de la actividad en Francia.
No obstante, el experto admite que «tampoco hay señales del deterioro que preocupaba al Banco Central Europeo» y, a pesar de que para próximos trimestres anticipa una desaceleración del crecimiento, afirma que las preocupaciones sobre una recesión inminente «son exageradas», aunque tampoco se debe sobreestimar la fortaleza de la economía de la eurozona.
En una línea parecida, Riccardo Marcelli Fabiani, economista sénior de Oxford Economics, también considera que la aceleración del PIB de la eurozona en el tercer trimestre «no debe tomarse como una señal de un impulso sólido», ya que se vio impulsada por «factores temporales», y el crecimiento depende de que algunos países más saludables compensen los focos de debilidad.
En concreto, Marcelli destaca que España sigue siendo «el caso atípico positivo», mientras que la expansión de Francia se vio favorecida por el impulso temporal de los Juegos Olímpicos.
A este respecto, Ruben Dewitte, de ING Research, señala que España sigue siendo «uno de los motores de crecimiento» de la eurozona gracias a la recuperación del turismo, que está alcanzando niveles récord, junto con el impulso al consumo público de los fondos Next Generation EU y un mercado laboral fuerte.
De tal modo, de cara a las decisiones sobre tipos de interés, Bert Colijn, considera que los datos de hoy «deberían tranquilizar al BCE» sobre la evolución del crecimiento.
«La pregunta sigue siendo si los datos del PIB de hoy son o no un rebote de gato muerto», resume el economista, para quien es probable que el crecimiento del PIB en el cuarto trimestre sea inferior a la lectura sorprendentemente fuerte del tercer trimestre.