Cuando pagas tienes derecho a exigir y como el comisionista Víctor de Aldama pagaba 10.000 euros al mes a Koldo García Izaguirre, asesor del exministro José Luis de Ábalos, y facilitó a este un chalé de veraneo en Cádiz, el empresario se muestra plenamente consciente de que cuenta con esa prerrogativa. Así se puede trasluce de las conversaciones que mantenía con quien da nombre a la trama de corrupción, incluso permitiéndose el lujo de realizar amenazas cuando las cosas, al menos, en ese momento, no salen como las tenía previstas.
«Si esto no se da, te juro por mi hija que monto un ‘poyo’ [sic] de cojones y le digo al jefe personalmente dos cosas por mucho que te enfades«, le escribe Aldama a Koldo a primera hora del 10 de junio de 2021, el mismo día en que la vicepresidenta de Colombia visita España para reunirse con empresas españolas e Iberia y Air Europa, según escribe el expresidente del Zamora.
Koldo responde que ese día están «fuera», porque se ha desplazado con Ábalos a la localidad sevillana de Dos Hermanas, lo que da pie al asesor para preguntar a su interlocutor por «el nombre del gerente o dueño y la empresa de Dos Hermanas». Aldama responde con palabras sueltas: «José María» y «Scubic«. A continuación, Koldo dice que «el jefe» llama «ahora».
Hacia el mediodía, Koldo vuelve a escribir a Aldama: «Menuda liada la de dos hermanas!!! Luego te cuento». Su relación es tan fluida que a medida que avanza el día siguen cruzándose mensajes y el empresario va elevando el tono hasta que ya se queja: «Seguimos igual que todos los días sin nada».
Koldo se da por aludido y se justifica: «Más no puedo hacer». A continuación añade que «se lo dijo José», cuando «estuvo en el despacho». A lo que el empresario ya lanza su amenaza de montarle un pollo a Ábalos, aunque Koldo se enfade. «Yo entiendo tu enfado, pero no sé qué más hacer, si se te ocurre, algo me dices y lo hago«, ofrece conciliador el exasesor. A partir de ahí se citan para un café para poder hablar en persona lo que el empresario ha ideado cómo próximo paso a seguir.
Órdenes y ministras
El volcado del teléfono de Koldo realizado por la Guardia Civil al que ha tenido acceso este diario deja ver la relación que mantenía con el conseguidor de la trama. Por eso en un solo día Koldo le facilita el teléfono de la entonces vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño, de la de Turismo, Reyes Maroto, y de la de Transición Ecológica, Teresa Ribera, aunque el teléfono de la ahora portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid no le interesa al empresario.
También se cuentan de madrugada que el Zamora ha ascendido a segunda b. En cuanto se despierta Koldo le contesta con lo mucho que se alegra y añade: «Perdóname, pero las pastillas me hicieron perder el conocimiento«, «Ya estoy en el hospital», «Gonzalo, sé que eres un gruñon, pero te quiero mucho y sé que eres muy bestia, pero sé que en el fondo, muy en el fondo, eres una gran persona«. A continuación le pide que ponga el rugby en su cabeza, porque es el único que lo puede hacer rentable.
Cuando Aldama se levanta ve que tiene 520 mensajes, pero encuentra un momento para ambién dedicarle unas palabras de cariño a Koldo, aunque en su caso con cierta crítica: «Gracias, grandullón, por tu mensaje. Yo también te quiero mucho, aunque a veces me desesperas y proteges cosas que no tienes que hacer, pero te puede y lo llevas dentro, qué se le va hacer«.
Como Koldo tiene que entrar en consulta una vez más de las previstas, ambos bromean sobre el injerto de pelo que se está realizando. «Voy a parecer Bon Jovita«, dice Koldo en referencia al cantante Jon Bon Jovi, a lo que Aldama le responde: «Joder, pero [¿] qué has dicho [? ¿]Que te pongan pelo como a Pocholo [?]«.
Una complicidad equivalente a la que Koldo mantenía con Ábalos. Entre los mensajes y whatsapp incorporados a la causa figuran varios con la que era pareja del exministro, Jéssica, que no duda en dirigirse al asesor para preguntar por la agenda de Ábalos. El ahora diputado del Grupo Mixto le pide que lleve a su hijo al Congreso e, incluso, le reenvía el pantallazo que ella le ha enviado con el fin de su contrato en INECO, dependiente del Ministerio de Transportes, empresa en la que ha trabajado 18 meses.