Unas 815 personas en situación de sinhogarismo fueron atendidas por las tres entidades sociales de la Iglesia la Sapiència, Sojorn y Càritas Mallorca en el año 2023. Las tres organizaciones acumulan largas listas de espera para atender toda la demanda que reciben, que «continúa creciendo por la situación de emergencia de la vivienda en la isla».
Así lo advirtieron las tres entidades ayer en una rueda de prensa conjunta en la que dieron la voz de alarma por el incremento de personas y familias que «no pueden acceder a una vivienda digna y adecuada» en Mallorca. Avisaron que entre los usuarios que recurren a sus servicios hay cada vez más personas mayores no dependientes que no han podido acceder a residencias públicas, así como personas solas o familias con niños cuyos ingresos mensuales no les permite asumir el coste del alquiler.
«Hace 27 años, la demanda era de gente que venía porque no tenía trabajo. Pero cuando lo conseguían, salían de esa situación. Ahora tenemos a personas con contratos indefinidos que no llegan a fin de mes», alertó el director de la Sapiència, Toni Moyà. Otro nuevo perfil de persona sin techo, apuntaron los representantes de las entidades, son las personas con enfermedades psíquicas que viven solas y sufren «exclusión» por parte de la sociedad, así como las personas inmigrantes que viven en malas condiciones hasta que logran regular su situación en España.
Moyà destacó que ya no hay rotación en los centros sociales por la dificultad de salir de la situación de exclusión, debido sobre todo al problema de la vivienda: «Antes eran centros de estancia temporal, ahora ya tenemos personas que envejecen, enferman y mueren en el centro», lamentó. Advirtió que este tipo de centros de acogida están «saturados» y «nunca» habían dado refugio a tantas personas. «Si tenemos alguna plaza vacía es porque alguien se ha muerto. Antes teníamos reinserciones, ahora no se van», aseguró el director de la Sapiència.
La falta de vivienda digna, matizaron los responsables, obliga a muchas personas a afrontar a diario obstáculos como la falta de intimidad, de seguridad o de una alimentación adecuada, así como problemas de salud física y emocional, y dificultades para los trámites con la Administración o para conseguir un trabajo. Una de las soluciones que han encontrado estas entidades es hacer «paquetes de gente con un mismo perfil, que se entiendan y que puedan vivir juntos» en un mismo piso para compartir el alquiler, aunque conscientes de que «no es lo ideal».
La técnica del servicio de Vivienda y Personas Sin Hogar de Cáritas Teresa Riera advirtió que el último recuento del IMAS de personas sin techo, realizado el pasado marzo, arrojó una cifra de 209 personas en viviendo en la calle en Palma, «pero sería mucho más alta si se calculara hoy». Explicó que no tienen contabilizadas a las personas en lista de espera pero hay «muchas a las que no se puede atender». Ca l’Ardíaca, por ejemplo, tiene una lista de espera de hasta cuatro meses. Hace diez años, apuntó, era «un colectivo muy concreto», mientras que a día de hoy el sinhogarismo es «única y exclusivamente falta de vivienda».
Por su parte, el sacerdote delegado de Pastoral Penitenciària y responsable del proyecto Sojorn, Jaume Alemany, instó al Govern y al Gobierno central a tomar medidas «valientes» contra la falta de acceso a la vivienda. Fue contundente al expresar su desacuerdo con medidas como el programa Alquiler Seguro, una iniciativa que «chirría» según Alemany, y pidió más vivienda pública o incluso pisos que faciliten el ahorro antes de poder acceder a un alquiler.
Son algunas de las reclamaciones que plantearon las entidades sociales de la Iglesia en una rueda de prensa por el Día de las Personas sin Techo el próximo 27 de octubre, jornada en la que estrenarán la campaña Caminamos juntos para sensibilizar sobre la realidad diaria de las personas en situación de calle. El mismo domingo, 27 de octubre, leerán un manifiesto a favor de los derechos de este colectivo en la misa de las 11 horas en la parroquia de la Mare de Déu de Montserrat de Rafal y a las 19 horas en la parroquia de Santo Domingo en Inca.
El día 30 de octubre leerán otro manifiesto y se concentrarán en la Plaza Major de Palma a las 11 horas, y el 9 de noviembre celebrarán una marcha de Lloseta a Binissalem para recordar la vulneración de derechos de las personas sin hogar. Buscan, según Riera, denunciar y cuestionar «este modelo socioeconómico actual, generador de expulsiones».
El indigente levanta su tienda de campaña frente al Consolat
Después de mantener una conversación con la Policía Local, el indigente que decidió instalar una tienda de campaña en la zona verde frente al Consolat de la Mar, donde pasó la noche refugiándose del frío, decidió finalmente abandonar la zona y marcharse con sus escasas pertenencias a otro lugar.