La UD Ibarra, quinta por la cola en el Grupo Canario de Tercera RFEF, ha cambiado de entrenador tras la séptima jornada. La sorpresa no está en que se produzca un relevo en el banquillo, una decisión que deja fuera del proyecto al tinerfeño Francis Díaz, sino en la elección del sustituto, nada más y nada menos que el hijo de Diego Armando Maradona. También se llama Diego, nació en Nápoles -fruto de una relación extramatrimonial del fallecido astro argentino con Cristiana Sinagra-, tiene 38 años y había iniciado una carrera como técnico en clubes modestos, el San Giorgio juvenil, el Napoli United, el Pompei y el Montecalcio.
Con el fútbol en los genes, Diego trató de hacer carrera como jugador, pero no llegó lejos. Tras apuntar maneras en la cantera del Nápoles y el Génova, fue pasando por varios equipos de categorías inferiores sin poder dar el salto al nivel profesional.
El destino ha llevado a Maradona júnior a Tenerife. La intención de los dirigentes del Ibarra, y también la de Diego, es que el debut se produzca este sábado en el partido entre el equipo sureño y el Arucas, en Villa Isabel. Diego se pondrá al frente de un conjunto que ganó dos partidos y empató otro en las siete jornadas disputadas, y que lleva dos derrotas seguidas.
¿Por qué ha pensado el Ibarra en Maradona? La clave está en la conexión existente entre el club tinerfeño y el país de nacimiento y en el que Diego había empezado a entrenar. Y es que el director deportivo es italiano. El máximo responsable en materia de fichajes del Ibarra desde finales de 2023 es Mirco Capezzoli. Su apuesta es ambiciosa. Aunque el equipo tinerfeño no parece ahora un aspirante a ascender a Segunda RFEF, la intención de Capezzoli es que compita por ese objetivo y acabe haciéndose un hueco en el fútbol profesional. La apuesta por Diego, el único hijo varón de Maradona, va ligada a ese firme propósito.