Las redes eléctricas son la verdadera columna vertebral para hacer posible la transición energética. Su modernización y su expansión resultarán imprescindibles para integrar el despliegue masivo de nuevas energías renovables y también para poder conectar los grandes proyectos industriales con un alto consumo eléctrico, desde centros de datos a nuevas factorías de gran industria manufacturera que puedan electrificarse o también las futuras plantas de generación del hidrógeno verde.

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